Francia espera impaciente el partido que podría poner la segunda estrella en su equipación nacional, en la final del Mundial que los "Bleus" se juegan este domingo contra Croacia, y aprovecha el ambiente patriótico del 14 de julio para lucir los colores de su selección.
En el día de la Fiesta Nacional, el azul, rojo y blanco se apreciaron hoy con más frecuencia de la habitual por las calles de la capital, donde muchos parisinos vistieron la camiseta del equipo que, confían, les llevará a la victoria.
"Francia unida detrás de los 'Bleus'", tituló a toda página el diario nacional "Le Figaro" que destacó los valores del equipo por sus nociones de "solidaridad y esfuerzo colectivo", que achacan al ahora adorado seleccionador, Didier Deschamps.
Croacia se nombra como un rival a la altura con "un gran corazón" pero desconfían de la capacidad de resistencia de sus jugadores ante "el frescor" de los franceses.
En esta fatiga general reposan hoy las esperanzas de los aficionados que ven ya a Francia como ganadora.
"¡3-0 para Francia, como en el 98!", pronostica Mathieu Bartoli, un seguidor que acudirá mañana al Campo de Marte, frente a la Torre Eiffel, donde las autoridades esperan acoger a 90.000 personas para seguir el partido en las cuatro pantallas gigantes que se han instalarán.
Si la necesidad de controlar a las masas motivó la creación de zonas cerradas para los aficionados en la Eurocopa de 2016, que tuvo lugar en Francia meses después de los atentados de París, en esta ocasión los bares se han beneficiado de la motivación de la hinchada y se han visto saturados estos días durante los partidos.
Los comercios aprovechan igualmente el tirón como atestiguó un vendedor de objetos de decoración de Orgeval (oeste de París) en el diario "Le Parisien", que señaló que desde el inicio de la semana "el 90 % de los clientes se llevan algún producto con los colores de la bandera".
En las panaderías, algunos pasteleros decoran incluso sus creaciones con la tricolor para contribuir al ambiente festivo.
El miedo ha abandonado también los espíritus de los ciudadanos, como demostró la reacción extasiada del país tras la clasificación a la final el pasado martes, cuando se echaron a las calles para celebrarlo.
El país ha movilizado para este fin de semana a 110.000 policías y gendarmes y 44.000 bomberos en un dispositivo de seguridad "de una amplitud excepcional" en el que coinciden la Fiesta Nacional, hoy sábado, el Tour de Francia y la final del Mundial.
Las autoridades esperan que cerca de un millón de espectadores siga el partido en las 230 zonas de hinchas que se han previsto para la ocasión en todo el país, aunque el número podría ir a más pues las prefecturas seguían recibiendo peticiones este viernes, según avanzó el ministro del Interior, Gerard Collomb.
Tan solo el área establecida en el Campo de Marte de París contará con 4.000 agentes y para acceder los hinchas deberán pasar un doble control de seguridad con cacheo.
Vista la reacción del público tras los últimos partidos, el dispositivo se reforzará "todavía más" si Francia gana, según Collomb, y deberá ampliarse igualmente de cara a los festejos del lunes, si el equipo vuelve al país con la Copa.