Bajo el diluvio que se desató segundos antes, Hugo Lloris, guardameta y capitán de la selección francesa, alzó al cielo de Moscú la Copa que acredita a "les bleus" como campeones del mundo.
Lloris recibió el trofeo en el centro del terreno de juego del estadio Luzhniki de manos del presidente de la FIFA, Gianni Infantino y en presencia del presidente ruso, Vladimir Putín, del presidente francés, Emmanuel Macron y de la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic.
Francia será campeona durante más de cuatro años, exactamente hasta el 18 de diciembre de 2022, cuando se juegue la final del Mundial de Catar.