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Sal ahí y demuestra que eres mejor que Messi" (Joaquim Löw, 2014)

Juan José Lahuerta

Madrid, 15 jul .- Si ha habido un gran ausente del Mundial de Rusia, ése ha sido Mario Götze, héroe en la cita anterior de Brasil con el gol en la final que dio el título a Alemania, que ganó 1-0 a Argentina gracias a la aparición en la prórroga de un chaval de 21 años que dio a su país su cuarta Copa del Mundo.

Su seleccionador, el mismo de Brasil 2014, Joachim Löw, decidió excluirle de la lista de los 23 elegidos. Una decisión controvertida para el técnico alemán, que en aquella victoria sobre Argentina dijo a su jugador una frase que pasó a la historia de los Mundiales.

En el minuto 88, Löw decidió sustituir al delantero Miroslav Klose para que ingresara en el campo una de las grandes promesas del fútbol alemán. En la línea de banda, por su boca salió una instrucción clara para Götze: "Sal ahí y demuestra que eres mejor que Messi".

Dicho y hecho. Götze, en la segunda parte de la prórroga, exactamente en el minuto 113, controló con el pecho un centro desde la banda izquierda de André Schurrle y aprovechó para marcar el gol de la victoria. Götze, después de sujetar el balón de manera magistral, batió de volea a Sergio Romero, hizo el único tanto de la final y Messi se quedó sin su trofeo.

"Todo pasó muy rápido. Schürrle puso un balón excelente, pude controlarlo con el pecho y, entonces, de alguna forma, estaba dentro de la red. Fue un momento indescriptible", afirmó con la Copa del Mundo en la mano.

Götze no se acerca al nivel de Messi, pero durante unos minutos, consiguió ser mejor que el argentino. Atendió a las peticiones de su entrenador y arregló un Mundial que, hasta ese momento, estaba siendo irregular para un jugador que en 2014 pertenecía al Bayern Múnich.

LA CAÍDA DEL ÍDOLO

Desde entonces, la carrera del héroe de Maracaná ha ido en caída libre. De ídolo y promesa del fútbol alemán ha pasado a ser prácticamente uno más en el Borussia Dortmund. Después de cuatro años de su momento cumbre para la historia del fútbol de su país, su irregular nivel le ha dejado fuera del Mundial de Rusia.

Aunque mantuvo la categoría en la temporada que siguió al Mundial con 15 goles en 48 partidos en el Bayern, en la siguiente, con Pep Guardiola en el banquillo, apenas disputó 21 encuentros y muchos echaron la culpa al técnico español de su bajón.

Su agente, Volker Struth, llegó a afirmar que Guardiola estaba "destruyendo a Mario". Es cierto que poco a poco fue perdiendo su sitio en las alineaciones del Bayern y, en 2016, volvió al Borussia Dortmund, club donde se dio a conocer.

Las lesiones ahondaron más en el declive de Götze, al que en febrero de 2017 se le detectó un problema de metabolismo que le obligó a estar de baja indefinida después de varias incidencias musculares que no le permitían tener continuidad. Hasta la pretemporada de esta campaña, no volvió a jugar.

En el que tenía que ser el curso de su recuperación para llamar a las puertas del Mundial, de nuevo su participación fue irregular.

Además, sólo fue titular en 19 encuentros de la Bundesliga en los que marcó dos goles.

Por eso, finalmente, Löw decidió excluir al jugador que le dio la Copa del Mundo. Götze representó la cumbre de un fútbol que comenzó en el Mundial de Alemania 2006.

Löw, muy influido por el fútbol dominador de España de las Eurocopas de 2008 y 2012 y del Mundial de Sudáfrica 2010, forjó un grupo cuidando mucho las categorías inferiores.

Hasta Rusia 2018, cuando no pasó de la fase de grupos, los resultados siempre fueron buenos para el técnico germano.

Alcanzó la final de la Eurocopa de Suiza y Austria 2008, las semifinales del Mundial de Sudáfrica 2010 (en ambas competiciones perdió contra España), las semifinales de la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012 y, finalmente, el título en el Mundial de Brasil 2014.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA: MESSI

Esa Copa del Mundo se la arrebató a Lionel Messi, que estaba destinado a recoger el testigo de Maradona, el claro impulsor del último gran título de Argentina, el que consiguió en México 1986.

Pero Götze, con su acción lo evitó. Dejó sin trono a Messi, que aún persigue ese gran título sin el que muchos le colocan por debajo de Maradona en la escala de los mejores futbolistas de la historia.

La imagen de Messi después de la final, abatido mirando la Copa del Mundo cuando subía a recoger la medalla que le acreditaba como subcampeón, se hizo icónica. Su mirada penetrante, casi hipnótica ante un trofeo deseado que no era suyo, pasó a la historia.

El jugador del Barcelona lo ha ganado todo. Más bien casi todo. Ligas, Ligas de Campeones, Supercopas de España, Supercopas de Europa, Mundiales de Clubes. No hay título que se le resista con el conjunto azulgrana. Pero con Argentina, la historia es diferente.

Salvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y el Mundial sub-20 de los Países Bajos, Messi sólo ha sufrido batacazos con la selección absoluta de su país.

En los Mundiales, Alemania fue su verdugo. En 2006, fue eliminado por los germanos en cuartos de final; en 2010, en la misma ronda; en 2014, perdió la final.

Finalmente, en 2018, ha sido Francia la que, en octavos, le ha negado el camino hacia la gloria.

En la Copa América, tampoco tuvo suerte. En Venezuela 2007, cedió en la final después de caer 3-0 ante Brasil; en Argentina 2011, Uruguay fue su verdugo en la tanda de penaltis de los cuartos de final. Como local en 2015, perdió de nuevo en la final, esta vez contra Chile y desde los once metros; y en la Copa América Centenario de Estados Unidos 2016, se repitió exactamente la misma historia del año anterior.

Y, entonces, Messi explotó. Demasiadas fatalidades. Nada más terminar el partido contra Chile, anunció que dejaba la selección. No podía más. Muchas derrotas. En los Mundiales, siempre contra Alemania. En las Copas de América, tres finales perdidas, dos en los penaltis y una eliminación en cuartos. Demasiado para la moral del argentino, que finalmente se replanteó su continuidad y salió al rescate de una selección albiceleste que estuvo a punto de no clasificarse al Mundial.

A Messi no le fue bien el Mundial ruso y Götze lo vio por televisión. Al alemán, al menos, le queda el consuelo de que, como le pidió Löw, un día, durante unos minutos, fue mejor que el jugador argentino.

Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Cód: 6849159

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