El fútbol turco se paró hace justo once meses después de que viéramos una de las agresiones hacia un árbitro más salvaje que se recuerdan. El presidente del Ankaragucu, Faruk Koca, bajó hasta el césped después de un partido para darle un puñetazo, algo que le costó muy caro en su momento, y más ahora con la sentencia judicial.
La sanción que terminaron por imponerle este lunes es ingresar en prisión durante tres años y siete meses como consecuencia de haber realizado agresiones intencionales para causarle daño. También fue condenado a seis meses por amenazas (le dijo que le iba a matar) y otros cinco por incumplir la ley contra la violencia en el deporte.
Incluso, también hubo castigo para los otros tres individuos que patalearon al colegiado cuando estaba en el suelo, malherido por el golpe previo de Farku, al que posteriormente no le quedó más remedio que dimitir en su presidencia.
Si a eso le sumamos la prohibición de la federación turca de no volver a tener ningún cargo de por vida, a Farku Koca le salió caro agredir al árbitro Halil Umut Meler al que terminó con traumatismo y varias hematomas en la cara.
MKE Ankaragücü Spor Klubü başkanı, eski AKP milletvekili, Erdoğan’ın başbakan iken Keçiören’de oturduğu evin sahibi Faruk Koca, Ankaragücü-Rizespor maçı sonrasında yumruk atarak hakem Umut Melen’i yere düşürüyor. Yere düşen hakeme yerde 10 kişi tekmelerle vuruyor.
Faruk bey, bir… pic.twitter.com/ECGL6j7BvQ— Ümit Özdağ (@umitozdag) December 11, 2023
Una sanción que busca ser de ejemplo para la violencia con el colectivo arbitral. Siempre han habido casos similares a este, pero hasta ahora no se ha producido ninguna reprimenda tan dura como la que se ha dictaminado en Turquía.
A Farku no le pareció bien una vez terminado el partido que terminase en empate tras anularle un gol a Ankaragucu, su deplorable actitud le ha costado estar un tiempo entre rejas.