Casualidad o no, el Manchester United no ha perdido ni un solo partido desde la salida de Erik Ten Hag. El neerlandés fue despedido el pasado 28 de octubre tras la derrota ante el West Ham en la Premier League. Desde entonces, cuatro partidos que se traducen en tres victorias y un empate. Todo ello con Ruud Van Nistelrooy a los mandos, a la espera de que Rúben Amorim coja las riendas del equipo en este parón de selecciones.
Van Nistelrooy cogió a un equipo sumido en una profunda crisis y, al menos, ha conseguido amortiguar el golpe, que no es poco. Este domingo, el United logró golear al Leicester City en su estadio (3-0) gracias a los goles de Bruno Fernandes, Victor Kristiansen y Alejandro Garnacho. Un pequeño respiro para los diablos rojos en la Premier League, situados ahora con sólo 15 puntos tras 11 jornadas en una pobre 13ª posición, aunque ahora a sólo 3 puntos de puestos europeos.
Desde la marcha de Ten Hag, el United ha reaccionado. Van Nistelrooy se estrenó como técnico interino con una goleada en la EFL Cup ante el Leicester City por 5-2 para acceder a cuartos de final. Días después, un empate ante el Chelsea (1-1) en su propio estadio. Y durante esta semana, dos triunfos consecutivos para coger aire.
El pasado jueves, una victoria ante el Paok (2-0) en la Europa League, la primera del United en la competición europea esta temporada, pues hasta ahora sólo había sumado tres empates. Aún así, los de Mánchester están situados aún en 15ª posición en Europa, lejos de los ocho primeros puestos.
Van Nistelrooy ha contado a su favor con jugar estos cuatro partidos en Old Trafford. Ahora, Mánchester espera la llegada de Rúben Amorim, que intentará dar continuidad a los buenos resultados de las dos últimas semanas y sacar del pozo a un equipo que lleva muchos años seguidos lejos de su nivel histórico y económico.