El pasado fin de semana se vivivieron varios lamentables episodios de ataques racistas. Uno de ellos tuvo lugar durante un partido de la Primera RFEF que tuvo lugar entre el Sestao y el Rayo Majadahonda. El guardameta visitante, Cheikh Sarr, sufrió insultos racistas y terminó encarándose con aquellos, agarrándo a uno de la bufanda. Lo que llevó tras ser expulsado, a ser defendido por sus compañeros abandonando el campo, lo que hizo que el partido terminara por suspenderse. Entre ellos se encontraba el capitán de equipo Jorge Casado. Durante la mañana de este lunes el portero ha recibido la visita de la Guardia Civil durante el entrenamiento del equipo.
Según Marca, el jugador no saltó al césped con el resto de sus compañeros. De hecho, trabajó al margen en el gimnasio y no ha realizado ningún tipo de declaración. Algo que, desde la entidad majariega señalan que es por decisión técnica y que su ausencia es por "descanso". Además, añaden que el portero se encuentra "tranquilo".
Además, el medio informa que la Benemerita se ha reunido con el jugador durante algo más de un cuarto de hora para conocer el estado del portero y ofrecerle los sevicios que pudiera requerir. A la salida del entrenamiento, el jugador se ha marchado por una puerta secundaria a la espera de ver las resoluciones que efectúen los diferentes comités.
Entre tanto, el futbolista también ha conocido la sanción que le ha acarreado el gesto que tuvo hacia la grada y, posteriormente, encararse con el colegiado tras ser expulsado. El guardameta se enfrenta a una sanción de entre cuatro y ocho partidos. Además, el equipo majariego podría, incluso, perder puntos.
Cabe destacar que este episodio no es el único que se ha vivido en este sentido. El partido entre el Getafe y el Sevilla se vivieron dos más con el técnico hispalense Quique Sánchez Flores y el futbolista del club sevillista Acuña. Dos hechos que obligaron a activar el protocolo contra el racismo en el Coliseum.
El futbolista recibió gritos desde la grada de "Acuña, mono" o "Acuña vienes del mono", que fueron reflejados en el acta arbitral. Con respecto al preparador del equipo visitante, los gritos fueron de "gitano". Unas palabras que afeó el técnico en la rueda de prensa posterior señalándose "orgulloso" de ello.