Cheikh Sarr ha comparecido esta mañana en rueda de prensa, tres días después de que fuese víctima de un acto racista en el Campo de Fútbol de Las Llanas, durante el enfrentamiento de su equipo, el Rayo Majadahonda, y el Sestao River. El futbolista del club majariego ha reiterado las disculpas por su reacción tras ser insultado y ha afirmado que espera no recibir una sanción que considera “injusta”.
“Una persona no puede ser víctima y que luego la sancionen. No lo veo normal”, reivindicaba el guardameta ante los medios. “Si me cae sanción, me va a sorprender, porque no lo espero”, apuntaba.
Enrique Vedia, el presidente del equipo madrileño ha atendido a ElDesmarque y ha confirmado que el club irá “donde haya que ir” para apelar la posible sanción que este miércoles le pueda caer al futbolista y al equipo. “Como estamos pidiendo que no le sancionen, haremos un recurso”, ha explicado.
Desde el sábado, el equipo ya ha presentado “tres alegaciones separadas”, porque no comprenden que a “los agredidos, los que lo hemos pasado mal, nos sancionen y los que han ocasionado todo esto sigan en el campo”.
Cinco minutos después de comenzar la segunda parte, Sarr comenzó a recibir insultos desde la grada situada detrás de su portería. No fue hasta el último tramo del encuentro cuando no aguantó los gritos de un sector de la afición del Sestao.
Entonces, saltó la valla que separaba el terreno de juego de los aficionados para “preguntar por qué me estaba insultando”. A pesar de que la intención del futbolista era ir con tranquilidad, el colegiado le mostró la tarjeta roja por encararse con el aficionado autor de los hechos.
“No esperaba la tarjeta roja, no era un acto agresivo. El árbitro no estaba ahí y vino a sacarme la tarjeta sin saber cómo habían ocurrido las cosas”, relataba el protagonista en la rueda de prensa.
Tras la expulsión, todos sus compañeros decidieron retirarse con él del terreno de juego. Después, cuando acudió a comisaría a denunciar los hechos, se llevó otra sorpresa. Y es que fue en las propias dependencias policiales donde se enteró de que el aficionado también quería denunciarle a él.