El RCD Espanyol se estrenó este jueves oficialmente con una plácida victoria ante el Stjarnan islandés y con dos grandes nombres: David Gallego, que se estrenaba como entrenador, y Borja Iglesias. El punta respondió anotando y la afición no dudó en mandarle un mensaje directo. El RCDE Stadium quiere seguir celebrando sus tantos.
Nervios, murmullo y numerosos aplausos. Así recibían a Borja Iglesias en Cornellá tras los múltiples rumores sobre su futuro. Con el mercado inflado, encontrar un delantero que anotó 17 tantos en la máxima competición española por 28 millones de euros es -casi- imposible. Y, como el de la conocida marca de máquinas tecnológicas, aquí nadie es tonto.
Pero para máquina, Borja Iglesias.
Como si de la humedad se tratase, Borja Iglesias contaba con un suspiro en su oreja en cada una de sus carreras, en cada uno de sus desmarques o intentos de disparo. La defensa islandesa no le dejaba ni respirar.
Pero, repito, para máquina, Borja Iglesias.
El chico que entre rumores y cantidades económicas de locura, se ha mantenido en silencio, habló en el campo. Tras el paso por los vestuarios cambió el estilo, se acercó a la frontal y comenzó a masticar el tanto.
Primero se sacó una bonita asistencia de cabeza para Ferreyra y con el marcador abierto respondió a los aplausos de la grada: dos buenos goles y una eliminatoria sentenciada.
El futuro del ex del Celta no está, ni mucho menos, sentenciado, pero él responde a la promesa que le realizó al club: compromiso, trabajo y servicio hasta su último día en el club. El partido no vale como referencia, el rival era muy inferior, pero el mensaje de la grada es claro: "¡Borja, quédate!"