Un subidón anímico en el momento más necesario
El Espanyol firmó contra el Eibar, en Ipurua, su primera victoria en LaLiga de la temporada, un triunfo que cambia la perspectiva del equipo tras su mal inicio de curso, con un punto de nueve posibles, y alimenta la moral del cuadro blanquiazul ante un calendario complicado.
Los pupilos de David Gallego disfrutan de una inyección anímica importante tras ganar a los vascos. Lo lograron derrotando al anfitrión en un campo históricamente complicado y remontando un 1-0 en cuatro minutos, con goles de Ferreyra, que se lesionó al marcar, en el 75 y de Granero en el 79.
Los tres puntos permiten a la plantilla y a su entrenador coger aire. El parón de LaLiga por los compromisos internacionales ha servido para calibrar la forma física del grupo y para inculcar mejor el sistema táctico del técnico, algo que según los propios futbolistas costaba asimilar.
El partido contra el Eibar también sirvió para constatar la importancia de recuperar efectivos. La entrada del lateral izquierdo Pedrosa a Ipurua, tras su lesión en el cuádriceps, fue un revulsivo esencial para firmar la remontada. Aún faltan jugadores por volver, como el central David López o el extremo argentino Piatti.
Además de ganar, el Espanyol superó una de sus asignaturas pendientes esta temporada: el gol. Hasta el choque de Ipurua, los pericos eran el único equipo de Primera que no había marcado. Frente al Eibar, Ferreyra dejó claro que su capacidad realizadora no se limita a la Liga Europa. Y Granero puso el segundo. Prueba superada.
La primera victoria de la temporada en LaLiga llega, además, en un tramo muy complicado del calendario, con cinco partidos en quince días. Después de visitar al Eibar, los catalanes reciben al Ferencvaros húngaro el jueves, a la Real Sociedad el domingo, visitan al Celta en Balaídos y esperan al Valladolid en el RCDE Stadium.
Sin apenas tiempo para trabajar por la acumulación de compromisos, estos tres puntos elevan la confianza del bloque en un momento clave. Aunque hasta el primer gol la versión del Espanyol fue gris, los fantasmas del inicio están disipados. Las alarmas siguen sin encenderse y el equipo ya se ve fuera del descenso.