El RCD Espanyol se midió este domingo al Real Betis en partido correspondiente a la jornada 17 de LaLiga Santander. El conjunto perico debía vencer para comenzar a sacar la cabeza del último puesto de la clasificación y estuvo cerca de hacerlo, pero finalmente dejó escapar la victoria y sigue sin ganar en el RCDE Stadium.
Y eso que pintaban bastos para el cuadro perico ya desde el comienzo del duelo. Estaba escrito que Borja Iglesias marcaría tras tres meses sin hacerlo. Y se cumplió sólo a los cuatro minutos de juego.
Otra vez el partido cuesta arriba, otra vez los nervios y otra vez las piernas pesando, pero Darder se echó el equipo a sus espaldas y se sacó de la chistera un tremendo gol para igualar el duelo.
Los nervios tornaron en optimismo y la grada empujó al equipo hacia un segundo gol... que llegó. Bernardo deshizo la igualada y mandó al Espanyol en ventaja al descanso.
Una ventaja insuficiente visto lo que fue el segundo tiempo. Un monólogo verdiblanco que acabó en empate... y gracias. Tras una primera parte muy buena -quizás la mejor en LaLiga Santander de la temporada- los vicios de toda la temporada volvieron a hacer acto de presencia.
Fragilidad en las dos áreas sin las cuales es casi imposible superar a cualquiera de los rivales de esta competición.
Especialmente sangrante es la nula capacidad que están mostrando los hombres de arriba ya sea con Machín como con Gallego. Calleri y Campuzano no tuvieron oportunidades de gol, Ferreyra marró una muy clara y Wu Lei ni siquiera intervino. Y no es ninguna novedad visto cómo se está dando la temporada.
Tampoco es perdonable que en los dos goles del Betis, los jugadores de Rubi cabecearan el balón en el área pequeña haciendo imposible la parada de Diego López.
Ni arriba, ni abajo. El Espanyol sigue sin funcionar y el último duelo liguero como local será ante el Barcelona. Antes, en Butarque ante el Leganés, sólo cabe ganar.