Dos goles de Pedrosa, en el 31, y de Raúl de Tomás, en el 42, sentenciaron para el RCD Espanyol al Granada durante la primera parte del partido en el RCDE Stadium, un rival que, pese a su notable reacción tras el descanso, se estrelló con la mejor versión de Diego López.
El Granada empezó fuerte en el feudo blanquiazul. Su presión inicial, con un Rochina muy activo, dejó claro que no se conformaba con el empate como visitante y complicó que el anfitrión saliera con el balón jugado desde atrás. De todos modos, el Espanyol fue calentando motores paulatinamente.
Como suele ocurrir, el foco estaba sobre Raúl de Tomás. El máximo realizador del equipo avisó a los diez minutos con un disparo desviado y obligó poco después a intervenir a Maximiliano. El choque se equilibró rápido y no tardó mucho, media hora, en quebrarse.
Pedrosa firmó un gran gol. Embarba centró un saque de esquina y el lateral izquierdo, desde la frontal, conectó la pelota con un excelso zurdazo con efecto, imparable para el portero del Granada. Era el 1-0 y tanto la afición periquita como su equipo se reactivó tras la diana, con un fútbol más alegre e intenso.
El cuadro andaluz estaba conmocionado y el Espanyol remató el trabajo antes del descanso. En el minuto 42, Raúl de Tomás cabeceó el balón y lo mandó pegado al poste derecho después de un centro de Darder. Es el séptimo gol de RDT, que vive un momento de inspiración en este tramo del curso.
En la reanudación, el Granada no tuvo más remedio que ir a por el gol, pero se expuso en exceso a las contras de los blanquiazules, que apostaban por controlar el pulso. Yangel Herrera evidenció el riesgo que eso suponía al firmar un gol, anulado, en el 55.
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— ElDesmarque Espanyol (@DMQEspanyol) November 6, 2021
En cualquier caso, los andaluces insistían. En la siguiente acción, Diego López tuvo que lucirse al desviar un remate de Jorge Molina tras un centro de Suárez. La misma combinación se repitió en el minuto 74 y el balón se estrelló en el poste. Los de Robert Moreno hacían méritos para recortar distancias.
De todos modos, el portero del Espanyol mantenía su inspiración y aguantó el resultado con dos paradas consecutivas que provocaron la ovación del estadio.
El peso lo llevaba ahora el Granada, pero el Espanyol se mantenía letal a la contra: RDT mandó un tiro al palo en el 79. El equilibrio era máximo y el 2-0 ya no se movió.