El delantero Raúl de Tomás cierra su etapa en el RCD Espanyol de forma abrupta, sellando un traspaso fuera del plazo de mercado al Rayo Vallecano, sin haber disputado ningún minuto ni en pretemporada ni en LaLiga Santander y dejando un sabor de boca claramente amargo en la afición perica.
El fútbol puede ser poesía cuando alguien gana y desidia, malestar y hasta enfado cuando pierde. Con Raúl de Tomás ha pasado igual. Los seguidores blanquiazules aplaudían y vibraban con sus 45 dianas engominadas en las tres temporadas, si no añadimos la actual, que ha militado en el RCDE Stadium.
Sin embargo, su actuación final, forzando una salida convulsa, ha cambiado su imagen. RDT ha pasado de ser el antihéroe preferido por los periquitos, el que provocaba una sonrisa cuando explicaba que prefiere a Mark Lenders antes que a Oliver Atom, a disfrazarse, viendo las redes sociales, de villano futbolístico.
En cualquier caso, la versión de Raúl de Tomás es la gran desconocida de esta historia. El futbolista sí se refirió a su futuro a principios del último verano, deslizando que un cambio de aires, por interés de ambas partes, era posible, aunque nada hacía pensar en que el capítulo final de su etapa fuera este.
En el plano personal, la decisión del jugador, de calidad incuestionable, ha sido compleja. El atacante sabe que no podrá ser inscrito con el Rayo hasta el mes de enero. Además, estar sin jugar de forma oficial supone, con casi toda probabilidad, anular sus opciones de estar en la convocatoria para el Mundial de Qatar.
Por otra parte, desde el punto de vista estrictamente económico, la entidad catalana ha cerrado una operación sorprendente en cuanto a cifras. El club hacía referencia, antes del mercado, a la cláusula de rescisión del jugador, 70 millones de euros, y lo ha traspasado por 8 más 3 en variables.
Desde los despachos del RCDE Stadium recuerdan que el futbolista costó 22 millones de euros en la temporada 2019-20 y, a nivel contable, 11 de ellos ya están amortizados. Los 11 restantes que pagaría el Rayo, si se cumplen las variables, amortizarían de forma total la operación.
La situación incómoda que generaba RDT en la entidad catalana y su voluntad, reconocida abiertamente por el club, de dejar el equipo han forzado una salida seca y áspera. El Espanyol mantuvo una postura de fuerza y no quiso cerrar un acuerdo en el último día del cierre de mercado.
Dos semanas más tarde, sin embargo, la operación se ha concretado. Sea como sea, pocos esperaban que, finalmente, el máximo goleador español de la temporada anterior, con 17 goles junto a Iago Aspas (Celta), fuera a ser traspasado por estas cantidades. Y de esta forma.