Siempre cauto, lo cierto es que a Mel se le notaba la alegría en el gesto tras el choque. "Hemos jugado seis partidos oficiales y hemos salido con la cara arriba. Es para estar orgullosos de los futbolistas, que son los que pierden cinco o seis kilos en el campo. Como bético estoy orgulloso. Si yo estuviera en la grada me iría a casa tranquilo ganaran o perdieran. Dije que los que estuvieran conmigo tenían que tener la misma hambre y las mismas ganas de triunfar que yo". Sobre el choque, explicaba que "no nos merecíamos ir 0-1 al descanso. La primera media hora ha sido la mejor del partido. Lo que nos quedaba era apretar los dientes y decirles que lo podían hacer. Toda la gente que ha venido aquí está dando muchas cosas. Los dos centrales están de diez, Miguel Lopes, Salva, Momo... y vuelven a jugar tres chavales de la cantera y serenan el partido. La dinámica es buena y la afición está de diez. Hoy me ha puesto los pelos de punta". Insistía en que "el rival de hoy es muy bueno y no va a perder muchos partidos yendo por delante".
Y sentenciaba con su visión actual sobre el Betis: "A Este equipo va a ser difícil ganarle, pensaría yo si fuera el entrenador de otro equipo. Somos muy competitivos. No tenemos nombres, sino hambre".