La épica se fue al traste en el descuento (2-2)

Increíble pero cierto. Tuvo el Betis que sobreponerse a un gol en contra en el minuto 25, después de haber errado tres goles; tuvo que tirar para delante tras la lesión de su central titular, Roversio, e introducir a Miki Roqué en la primera mitad; jugó más de media hora con uno menos tras una estupidez de Emaná (vaya su papelito) en la que se autoexpulsó; fue capaz de remontar y volvió a morir en la orilla en el último suspiro del choque para regalar un empate, al igual que ocurriera la temporada pasada. Lo mismo sería bueno darle una pequeña lección de cómo colocar la barrera a un portero, Goitia, que se movió todo el partido en el alambre y que se equivocó de lo lindo en el tanto del empate. ¿Dónde iba el guardameta en el disparo de Sergio Suárez?

Lástima de este sabor agridulce después del partido que hicieron los de Mel. El Betis arrancó con 17 minutos de ensueño en los que tuvo tres opciones claras de gol. Caffa demostró su indolencia en dos uno contra uno contra el meta rival y Miguel Lopes llegó pasado de rosca en otro cara a cara tras un pase genial de Beñat. El equipo verdiblanco mandaba, pero Las Palmas se repuso, y de qué forma… El tarro de las esencias que parece no terminarse nunca en las islas empezó dejar escapar su fragancia. Del minuto 20 al 45, un baño de juego canario en el que los chavales de esa hermosa cantera desplegaron talento, verticalidad, velocidad y una frescura que desarboló a los béticos. Llegó el tanto de Viera en el 25 y al Betis le tocó sufrir de lo lindo. Un tanto en fuera de juego de Vitolo anulado por el árbitro pudo cambiar el choque, pero el asistente acertó en su decisión y dejó al Betis vivo al descanso. Y lo de siempre, el equipo se va al vestuario, Mel corrige los errores, ya la vuelta al campo todo va mejor. Momo se va del campo y entra Ezequiel. El Betis para el partido, lo empieza a manejar maniatando al rival y llega el empate tras una incursión de Ezequiel cuyo disparo acaba dentro tras tocar a un rival. Encontramos entonces al mejor Betis, pero sólo hasta que a Emaná le dio la gana… Es verdad que la primera amarilla que le mostraron no fue justa pero, ¿a qué viene la protesta reiterada que le mandó al vestuario? Dentro de un equipo solidario y trabajador en el que todo el mundo va a una este jugador sigue demostrando que sólo le importa él mismo. En el 23 de la segunda se fue a la calle, pero el equipo no se rompió. Aguantó bien a los amarillos y llegó con fuerza a un final de infarto. Un córner botado por Beñat y prolongado por Roqué lo aprovechaba Rubén castro para marcar otra vez y dar el premio gordo a los de Mel. Lástima que en el descuento Goitia errara y echara por tierra el trabajo de los demás. Repito, ¿cómo se puede colocar un portero así en una falta? Errores que cuestan puntos y en campos importantes. De todas formas, no creo que ningún bético hay salido disgustado con los suyos después de lo visto en el terreno de juego. Este Betis es un señor equipo.