Su progresión se truncó cuando su rodilla hizo 'crack' por primera vez. Desde entonces, el veloz extremo germano jamás volvió a ser quien despuntaba en lo que a la postre fue el clímax de su carrera deportiva. Ahora, con apenas 29 años ha decidido colgar las botas y centrar sus miras en otro sector dentro del fútbol: ser entrenador. El motivo no es otro que las secuelas físicas que su rodilla le ha ido dejando.
En las cuatro temporadas que perteneció al Betis, Odonkor apenas disputó 41 partidos (13, 20, 7 y 11), viviendo quizás su día más importante con aquel gol en Salamanca que dejaba durante unos minutos las puertas de Primera a un solo gol. Fue un continuo quiero y no puedo, que continuó después en su país en el Alemania Aachen, con quien jugó 23 partidos en la segunda división. Tras esa temporada, sin sitio en su propio país, Odonkor emigró a Ucrania para firmar por el Hoverla Uzhgorod, donde la pasada campaña disputó sus últimos catorce partidos como futbolista profesional.
Ahora, el exbético ha decidido dar el paso: "Mi familia y yo hemos decidido que no voy a jugar más. Haré otra cosa por motivos de salud", asegura el protagonista. "La salud es lo primero, no quiero ir a la escuela a recoger a mi hija cojeando". Odonkor se muestra ilusionado con su nuevo proyecto y para eso se está preparando.