Santander no es un emplazamiento más para el Betis. La ciudad cántabra guarda un idílico recuerdo para la entidad de Heliópolis a lo largo de los años. Allí, el equipo entrenado por Patrick Joseph O'Connell logró el único título de liga del club en sus 107 años de historia. También en esa misma sede, en los Campos de Sport del Sardinero, el 18 de junio de 2007, un doblete del brasileño Edu permitió a los béticos salvar los muebles a última hora y evitar el descenso a Segunda. Ahora, en la categoría de Plata, tiene ante sí la ocasión de ascender a Primera en el mismo estadio y ante el mismo rival. Para ello, tendría que ganar y que perdiese el Girona.
El Betis tratará de agarrarse a la magia del Sardinero. Se espera el desplazamiento masivo de béticos para este jueves a las 20.00 horas a un estadio fetiche y de grato recuerdo. Tras dos años de sufrimiento, los de Mel podrían brindar la primera alegría del año a su hinchada, la única que ha permanecido en la máxima categoría del fútbol español. Una vez superada la cita del Lugo, se presenta ante los verdiblancos la primera gran final. La primera gran oportunidad de recuperar su prestigio y medirse a los grandes. Las calculadoras comienzan a echar humo, y la del Betis empieza a cuadrar. Una victoria ante el Racing el jueves, si previamente pierde el Girona el miércoles contra el Alavés, daría el ascenso a la entidad de La Palmera. Si los catalanes empatan o ganan, habrá que esperar, mínimo, al domingo frente al Alcorcón.
En el recuerdo quedan dos citas especialmente célebres. La primera, la consecución del único título de liga del club. Se produjo en Santander, en el Sardinero, también ante el Racing. Allá por el 28 de abril de 1935, el plantel de Patrick O'Connell, con integrantes como Urquiaga, Unamuno, Caballero, Saro o Lecue. El Betis afrontaba la última jornada liguera con un punto de ventaja sobre el segundo, el Real Madrid, y se jugaba el todo por el todo en Cantabria. Los heliopolitanos no sólo no fallaron, sino que dieron un recital goleando por 0 a 5 al club racinguista con tres goles de Unamuno, otro de Caballero, y un quinto de Lecue.
Pero no sólo queda en la retina del beticismo esa fecha. Hay otra cita marcada en la historia del Betis que guarda relación con Santander. En este caso, el motivo de alegría no se corresponde con la consecución de ningún título, sino con la salvación de categoría. El equipo presidido por Lopera y entrenado por Paco Chaparro evitaba el descenso en la última jornada el 18 de junio de 2007 en el Sardinero con un doblete del brasileño Edu. Aquel fue un año muy complicado en el plano institucional y deportivo. Hasta tres entrenadores desfilaron por el banquillo del Villamarín, y solo el último de ellos logró la hazaña. Eso sí, con la inestimable ayuda del mejor futbolista de su plantel.
Este jueves, el club de La Palmera puede escribir una nueva página en su historia con final feliz en una sede fetiche. La envergadura del objetivo no es comparable a las dos casos ya señalados, pero será motivo de celebración para unos jugadores que la temporada pasada firmaban un curso desastroso, y que de alguna forma, tienen la posibilidad de redimirse.