'O Rei Oliveira'
La gran sensación del Brasileirao sigue siendo Ricardo Oliveira. El ex futbolista del Betis volvió a demostrar en el triunfo del Santos ante el Palmeiras (2-1) que sigue con el olfato goleador intacto, pues hizo el segundo gol del equipo de Vila Belmiro y alcanzó, así, los 20 tantos en su cuenta particular.
El buen momento de forma de que fuera 12 del Betis queda patente en que le saca ocho goles de ventaja al segundo máximo realizador, que es el argentino Lucas Pratto, del Atlético Mineiro. Tras jugar la pasada temporada cedido en el Sao Paulo por el Al-Jazira, el Santos decidió apostar por él y a sus 35 años es una de las sensaciones en el campeonato brasileño. Su buena hacer lo ha llevado incluso a volver a defender la camiseta de la 'canarinha'.
Fue el pasado 13 de octubre, cuando Oliveira aprovechó ante Venezuela la oportunidad que le dio Dunga, en la jornada de eliminatorias de cara al Mundial. El delantero demostró que pretende volver a ser el 9 de Brasil y anotó el tercer tanto brasileño (3-1), tras un buen pase de Douglas Costa. El actual jugador del Santos consiguió, de este modo, su primer gol con la seleçao desde 2005.
Así, su nombre fue, recientemente, relacionado con el Barcelona para el mercado de invierno, aunque el propio Oliveira lo desmintió: "Los aficionados del Santos, mis compañeros de equipo y el propio club saben que esto no es cierto. Me reí al ver esta información, pero tomé la precaución de emitir un comunicado para aclarar que no hay contactos", comentó el brasileño. Faltan cinco jornadas para que el Brasileirao acabe y el objetivo de Oliveira es clasificar al Santos para la Copa Libertadores. De momento, después de 33 jornadas, es conjunto blanco es cuarto y jugaría una fase de clasificación previa para ese torneo, pero con los goles de O Rei Oliveira el objetivo lo tiene más cerca.
Desde la distancia, como se observa en las redes sociales, los béticos no olvidan las zancadas de aquel mágico delantero, con momentos dulces como el gol a Osasuna en la fina de Copa, al Mónaco en Champions o en los derbis y otros más amargos, como aquel disparo al poste ante el Valladolid que de entrar hubiera cambiado el destino de un Betis que acabó descendiendo.