La emoción y el primer gran lunar de Barragán

Antonio Barragán no guardará a buen recuerdo el primer derbi sevillano de su carrera. A pesar de su titularidad, el lateral derecho apenas pudo durar un cuarto de hora sobre el terreno de juego merced a una lesión que le obligó a abandonar el tapete del Sánchez Pizjuán. En los primeros quince minutos, además de la celebración del gol verdiblanco, el jugador sufrió una y otra vez las envestidas de un Sevilla que volcó su juego en el flanco siniestro, en los pies de un Nolito enchufado.

Precisamente en una de esas pugnas Barragán cayó al suelo con sonoras molestias, echándose mano a unos gemelos que parecían sobrecargados. Inmediatamente el jugador pidió el cambio y obligó a Quique Setién a sustituirlo en detrimento de un Francis que debutó en los derbis en una posición improvisada.
Las molestias obligaron a sustituir al gallego, que se marchó notablemente afectado tapándose la cara con la mano merced a su emoción. Un lunar, el de Barragán, que buscará paliar en la segunda vuelta y completar así un derbi sevillano que ha tardado 30 años en vivirlo.