La despedida de Andrés Iniesta ha conmocionado a todo el panorama futbolístico. Una retirada del fútbol de élite que deja momentos imborrables, desde el descubrimiento de Serra Ferrer hasta el gol en la final de Sudáfrica con la selección, pasando por los 32 títulos que acumula. Precisamente el vicepresidente deportivo del Betis ha emitido una carta de despedida al manchego, pues fue el primero que le dio la oportunidad de entrenar en el primer equipo del FC Barcelona. Así lo publica El Mundo.
"Andrés tenía 16 años. Yo había pasado a dirigir la primera plantilla del Barcelona. Y como lo conocía de años anteriores, porque era el director del fútbol base, estaba totalmente convencido de que entrenar con el primer equipo le vendría muy bien. Así que lo llamé. Sabía que, así, se haría con el control emocional de lo que supone dar un paso de semejante envergadura.
Y con los futbolistas que tenía por delante (en aquella plantilla estaban Guardiola, Xavi, Luis Enrique, Puyol o Rivaldo), él podría aprender y compararse con tan buenos futbolistas.Los compañeros lo acogieron muy bien. Con mucho respeto. Lo recuerdo tan humilde... No hablaba, escuchaba. Nunca habló por hablar. Si decía algo, siempre tenía un sentido. Por si fuera poco, era un encanto. En todos los aspectos. Y luego ejecutaba en el terreno de juego.A Andrés lo que le diferenciaba era su humildad y su talento.
Y cuando eso se combina, además a una edad tan temprana, poco más se podía añadir. Cualquier entrenador o persona que estuviera al lado de él en La Masía, siempre, recuerda el perfil humano. Andrés estaba por delante de los demás. Y luego venía el talento. Lo hacía todo con naturalidad, de una manera sencilla, e interpretaba cualquier cuestión referida al juego como si fuera un futbolista consagrado.
Nadie pensaba que su físico podía penalizarle. De hecho, ya entonces era muy complicado cazarle o darle una patada a destiempo. Porque siempre tuvo una interpretación del fútbol muy rápida. Piensa, decide y ejecuta con una exquisitez fenomenal. Y su interpretación del fútbol. Podía jugar de seis, de ocho, de diez, de once... Era un futbolista que tenía tan claras las cosas que estaba claro que podía llegar donde él quisiera. Y ha llegado a lo más alto.
En aquellos tiempos, con la perspectiva del tiempo, puedo decir que Andrés ya era alumno y profesor. Todos los entrenadores, y de todas las etapas, siempre lo ponían a él como ejemplo para el resto. De hecho, en los tests que utilizábamos para evaluar posibles incorporaciones a la cantera cuando los chicos venían a las pruebas, siempre los comparábamos con lo que hacía Andrés. Era un ejemplo para todos.Luego queda la injusticia de que no tenga un Balón de Oro. Andrés ha sido un futbolista para poner de ejemplo en cualquier escuela, en cualquier equipo profesional. Incluso en la vida. Y el fútbol le debe una".