Andrés Guardado vive su segunda temporada en el Betis donde, de nuevo, está siendo uno de los referentes del equipo como lo fue la campaña pasada. El mexicano es uno de los jugadores verdiblancos que está ofreciendo un nivel más alto esta temporada, con una gran regularidad. Es la auténtica brújula de este equipo que tiene en el dominio del balón una de sus armas.
Cuando Guardado firmó por el Betis el pasado verano, Setién tenía entre sus planes colocar al mexicano como pivote por delante de la defensa. Sin embargo, no fue siempre esa su posición y alternó ese puesto con el de interior en zonas más avanzadas mientras Javi García lo escoltaba.
Esta temporada ya en algunas fases de los primeros partidos fue el pivote del equipo. No obstante, la lesión de William Carvalho ha hecho que Guardado sea el faro del Betis en esa posición tan específica por delante de la defensa. El mexicano se ha desenvuelto ahí de manera completa ante el Valencia, Olympiacos, Athletic de Bilbao y Girona.
Guardado ha dotado al equipo de un enorme criterio futbolístico con la pelota en los pies y su seguridad en los pases han sido fundamentales para la alta posesión que acumula el Betis en estos primeros siete partidos oficiales. Una prolongación en el campo de Quique Setién, que sabe perfectamente marcar el tiempo de partido que le interesa al equipo.
Además, Guardado ha demostrado un enorme sacrificio y derroche físico cuando el Betis no ha tenido el balón. Coberturas y carreras para presionar para un futbolista que lo ha jugado prácticamente todo esta temporada con el equipo heliopolitano.
Titular en los siete partidos oficiales del Betis esta campaña, Guardado sólo dejó de estar en el campo los cuatro últimos minutos del encuentro contra el Girona. La maratón de partidos no ha sido un obstáculo para uno de los capitanes béticos que este viernes cumplía 32 años.