Una autopista de sesenta metros, sin más peajes que lo larga que es esa distancia en un campo de fútbol, es lo que se recorrió el central brasileño Sidnei Rechel antes de firmar un golazo ante el Rayo Vallecano, el segundo de la victoria bética, y confirmar que quien llegó casi de puntillas al Betis esta temporada se ha destapado como uno de los puntales del equipo de Quique Setién.
Sidnei fue fichado procedente del Deportivo de La Coruña y cuando todo apuntaba a que su papel iba a ser subalterno o complementario en una línea en la que estaban presumiblemente por delante Marc Bartra, Aïssa Mandi y Zou Feddal, se hizo pronto con la camiseta de titular y ha jugado hasta el momento diecisiete partidos en tres competiciones.
El hecho de que el marroquí Zouhair Feddal no estuviera al cien por cien tras su operación de tendón de Aquiles de la pasada temporada le dio la oportunidad al '12' bético de entrar en el once de Setién y no dejarlo más que en las ocasiones que el cántabro ha rotado para darle descanso al zaguero de Alegrete.
Sidnei Reche Da Silva Junior, de 29 años, es de esos centrales con los fundamentos de lo suyo bien asentados - colocación, marcas, corte, anticipación-, pero con esa tendencia de los que, con alma de delanteros, han retrasado su posición de manera paulatina hasta acabar, como es su caso, en el eje de la defensa.
Por eso, cuando Júnior Firpo por la izquierda y Joaquín Sánchez por el centro le abrieron una carretera por el costado zurdo del Villamarín, el central empezó a correr hasta el área rayista con el balón cosido y, al llegar, se marcó una bicicleta y un regate pasándose el balón de un pie a otro antes de 'fusilar' al macedonio Stole Dimitrevski.
Pero el gol, que es de ésos que se eligen en los resúmenes de final de temporada, no deja de ser la guinda al juego desplegado por un central no demasiado corpulento -1,85 de estatura y 80 kilos de peso- que se ha acoplado como un guante al juego de Setién de salir desde atrás con el balón jugado y, además, hacer lo que se le supone a un central clásico.
El entrenador santanderino elogió al término del partido el gol de su zaguero y, sobre todo, su trabajo en defensa para que su equipo no haya encajado un gol en los últimos cuatro partidos que ha disputado, dos en competición liguera, uno Copa del Rey y otro en la fase de grupos de la Liga Europa.
"Es una anécdota que un central sea capaz de llegar al área después de recorrer sesenta metros, hacer unos regates que uno se los imagina a los mejores delanteros, una bicicleta y luego marcar; pero lo que más me ha gustado es su trabajo defensivo ante jugadores rápidos, hábiles y de mucha calidad", sintetizó la labor de Sidnei.
La experiencia y el conocimiento de la Liga española fueron las claves de la llegada al Betis de este defensa que se formó en las categorías inferiores del Internacional de Porto Alegre, de donde pasó en 2008 al Benfica portugués y, después de tres temporadas en el club lisboeta, se fue cedido en 2011 al Besiktas turco y en 2013 al Espanyol.
En verano de ese mismo año, Sidnei Rechel desembarcó a préstamo en el Deportivo de La Coruña, que se hizo con sus servicios en propiedad en 2015 y en el que militó hasta que, a finales de la pasada temporada quedó libre y fichó por el Betis hasta 2022.
Su nombre no había sonado en un verano en el que llegaron al Betis nombres estelares como el argentino Giovani Lo Celso, el portugués William Carvalho, el japonés Takashi Inui y los españoles Pau López, Joel Robles y Sergio Canales, aunque llegó avalado por el zahorí que dirige la parcela deportiva bética, Lorenzo Serra Ferrer.
A su llegada, el mallorquín definió las cualidades que luego ha desplegado el zaguero brasileño, "un futbolista adaptado a la Liga española, ya que lleva seis años aquí", que "tiene un perfil polivalente, es técnico, inicia el juego y es contundente y consistente en el trabajo defensivo", y que "es un jugador que se adapta perfectamente a cualquier manera de defender, ya sea con una defensa de tres o cuatro centrales".