Aissa Mandi se ha convertido en uno de los máximos baluartes del Real Betis. No obstantes sus inicios en Heliópolis no fueron del todo fácil. Incluso estuvo a un paso de salir, aquejado por su déficit de rendimiento, aunque logró reponerse y consolidarse como uno de los mejores centrales que han pasado por aquí en la última década.
El argelino llegó en verano de 2016 a Heliópolis, por el que pagó cuatro millones al Stade de Reims. Un fichaje que parecía frustrado, señalado por su endeblez defensiva. Un hándicap que invitó a la entidad a escuchar ofertas por él. El más interesado curiosamente fue el Rennes, próximo rival del Betis en Europa League.
En 2017 el Rennes estuvo a un paso de fichar a Mandi. Las diferencias se jugaron en 1,5 millones de euros, pues el Betis pedía 4,5 y los galos pusieron sobre la mesa poco más de 3 kilos. Una incorporación que se negoció durante todo el verano pero Setién finalmente desestimó a Pezzella y prefirió a Mandi.
A partir de ahí, el resto es historia. Ya lo dijo Poyet, "Mandi va a ser un ídolo aquí". Y así se ha cumplido. A día de hoy, el central acumula casi un centenar de partidos a las órdenes de Setién. Tal es su rendimiento que ha triplicado su valor en apenas un par de años e incluso suscita el interés de varios de los grandes del continente, como Arsenal o Atlético de Madrid.
Si bien es cierto que no se fraguó su fichaje, Mandi tiene muchas conexiones con el Rennes. Allí militan varios viejos conocidos del central. De hecho comparte vestuario en la selección con Bensebaini, defensa de 23 años.
También coincidió en el Stade de Reims con Hamari Traoré y Siebatcheu, por lo que el verdiblanco conoce de sobra al equipo. Precisamente Mandi buscará repetir la fortuna que ya consiguió en el país galo, donde anotó dos goles al Rennes.