La extraña lesión de Camarasa enfrenta a su entrenador y al cuerpo médico
Víctor Camarasa se ha convertido en un hombre capital en el Cardiff. Este curso acumula tres goles y tres asistencias, que lo consolidan como uno de los máximos baluartes de su equipo.
El Cardiff se encuentra coqueteando con el descenso y se juega el no descender en este tramo final. De ahí que su presencia sea imprescindible. Camarasa acumula siete minutos en los últimos cuatro partidos. El motivo, unas molestias que traen de cabeza a su entrenador Neil Warnock.
El técnico ha salido varias veces ya a rueda de prensa para hablar del todavía jugador del Real Betis, mostrando su desconfianza en el cuerpo médico del jugador. Al futbolista lo están tratando sus propios fisios, que distan mucho de la opinión que tienen los del club.
"Pensé que Camarasa estaría hace diez días. Es un poco complicado cuando estamos hablando sus fisios y los nuestros y a veces no estamos de acuerdo. Los escaneos te dicen unas cosas pero pienso que un jugador se conoce a sí mismo para saber si está o no", comentaba el técnico el fin de semana.
Las diferencias entre el cuerpo médico del club y el de Camarasa
Sobre ello volvió a hablar el técnico este lunes, atacando de nuevo a su propio cuerpo médico: "Es un jugador muy importante para nosotros. Ha sido una gran decepción si soy honesto. Nunca me he encontrado con la situación que tengo en este momento. Es muy difícil, no sólo para mí sino también para el personal médico. Creemos que está más cerca de lo que piensan pero corres el riesgo de que si lo haces jugar y se rompe... ¿Qué van a decir? Si estos dos últimos partidos hubieran sido a vida o muerte, me hubiera decepcionado que no hubiera jugado"
Además, añadió que Camarasa sigue tratándose en el club pero además lo hace con sus propios fisios: "Vienen aquí y él también tiene tratamiento con ellos. Es realmente confuso...".
La realidad es que el caso de Camarasa se ha convertido en un fenómeno paranormal. El entrenador y el cuerpo médico ven que puede jugar pero no lo considera así los médicos del propio jugador, que alejan de los terrenos de juego a uno de los máximos baluartes de la entidad.