La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 4 años y 6 meses de cárcel a Eduardo Fernández Triviño, exadministrador del capitán del Betis Joaquín Sánchez, por apropiarse de 781.736,62 euros del futbolista, al que deberá reintegrar esa cantidad solidariamente con su esposa, también condenada.
Según ha informado a Efe el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), la Sección Tercera condena al acusado por un delito continuado de apropiación indebida con la atenuante de dilaciones indebidas y las agravantes de elevada cantidad y abuso de relaciones personales y, además, le impone una multa de 4.950 euros.
En cuanto a la responsabilidad civil, deberá indemnizar con 255.900,93 euros al futbolista y con 525.835,69 a la sociedad Chino Seventeen, de la que Joaquín era administrador y socio.
El tribunal considera probado que, desde finales de 2003 hasta febrero de 2007, el futbolista mantuvo una "estrecha" relación de amistad con el acusado, a quien encomendó la gestión de sus negocios y asuntos, "tanto personales como profesionales", a cambio de unos honorarios de 3.000 euros mensuales.
Joaquín le otorgó tres poderes notariales y, "con la misma finalidad de facilitar la gestión de sus asuntos y a petición expresa del acusado", abrió dos cuentas bancarias a nombre suyo y de su sociedad, respectivamente, y autorizó en ellas al encausado desde el 3 de noviembre de 2004 hasta el 15 de octubre de 2007.
"Nadie más podía disponer de los fondos de las cuentas", asevera el tribunal, que precisa que Fernández Triviño "hizo un uso asiduo de los poderes y facultades conferidos, intervino en numerosos actos, contratos, gastos y operaciones comerciales de Joaquín y su familia, ordenó transferencias y disposiciones de efectivo y libró pagarés o cheques contra otras cuentas de Joaquín o de terceros".
Según la Audiencia, el acusado "se valió de la confianza" del futbolista, que "no le exigió rendición de cuentas, ni entrega de recibos o documentos de los pagos o justificante de los gastos o de las cantidades dispuestas", hasta que la relación de amistad y confianza "quedó rota" en febrero de 2007.
Según el tribunal, el condenado "nunca rindió cuenta detallada de su gestión" y se limitó a entregar en marzo de 2007 una documentación al nuevo administrador del futbolista de la que "no resultan justificadas cuantiosas disposiciones de efectivo de cuentas bancarias que efectuó".
La Audiencia también condena a la esposa del acusado en el momento de los hechos como partícipe a título lucrativo porque estaba "perfectamente informada de las actividades de su esposo y de su nivel de ingresos" y conocía que "no les permitía el nivel de vida y la adquisición de bienes inmuebles llevados a cabo durante ese periodo".
La Sección Tercera, además, afirma que el testimonio del acusado en la vista oral "ha impresionado a este tribunal por su falta de precisión y vaguedad".
En el juicio, celebrado entre marzo y abril de este año, la Fiscalía pidió para el acusado 3 años de prisión, mientras que la acusación particular reclamó 6 años de cárcel y la defensa, la libre absolución.
Para imponer la pena de 4 años y medio de cárcel, contra la que cabe recurso de casación, la Audiencia dice que "ha de tomarse en consideración que las apropiaciones fueron numerosas y que los hechos se produjeron a lo largo de varios años".