El de Nemanja Radoja es uno de otros tantos fichajes casi cerrados, pero que no se terminan concretando. En busca de una oportunidad de mercado, el Real Betis se fijó en el centrocampista el pasado curso intentando aprovechar su ostracismo en el Celta de Vigo y firmarlo gratis tras negarse a renovar con los gallegos.
Tal es así que allá por mayo se llegó a dar por cerrado su fichaje. Incluso el futbolista reveló su deseo de "ir al Betis". De hecho hasta se llegaron a filtrar las cifras. Por su condición de agente libre, pues terminó contrato en junio, el balcánico recibiría tres millones de euros en concepto de prima por su fichaje. Además, percibiría como salario 1,5 millones de euros anuales, cuatro veces más de lo que cobraba en el Celta, al que llegó procedente del Vojvodina por 900.000 euros con 20 años.
Sin embargo, las altas pretensiones del representante hicieron romper el acuerdo. En el Betis, además, entendían que este fichaje no podía irse muy alto en lo económico, como pudo ocurrir también con Lobotka, compañero de Radoja en la entidad viguesa.
Es por ello que terminó fichando por el Levante a finales de mercado. Y ahora podría ser titular con un equipo de fútbol año y medio después. La última vez que Radoja había disputado un encuentro fue allá en mayo de 2018, en un Celta-Levante que cerraba LaLiga. Desde entonces se negó a renovar y el Celta de Vigo se negó tanto a dejarlo salir como a darle ficha. Se limitó a entrenar y poco más.
A final de mercado llegó al Ciutat de Valencia, pero el problema del cuadro granota con el límite salarial y la falta de ritmo impidieron al jugador volver a un terreno hasta el pasado fin de semana. Lo hizo contra el Éibar, disputando 21 minutos y volviendo a un terreno de juego... ¡16 meses después! Ahora podría volver a salir de inicio, casualidades o no del destino, en el que pudo ser su estadio, el Benito Villamarín.