El Real Betis cumplió, y con goleada, el trámite de pasar a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey tras vencer 0-4 al Antoniano, que afrontó esta cita como una fiesta histórica pero que la tuvo que vivir sufriendo una desapacible noche en el Benito Villamarín con mucha agua y viento. A pesar de todo, el encuentro nos deja varias curiosidades que analizar.
La mascota del Antoniano es un oso polar que pedía un mundo mejor. A pesar de la lluvia. Él también estuvo presente en el Villamarín para disfrutar de un enfrentamiento histórico.
Poco antes de que los equipos saltaran al terreno de juego sonaron por megafonía los himnos de ambos, llevándose el del Betis, que este jueves jugaba como visitante, algunos pitos y también algunos aplausos, aunque menos.
El temporal de lluvia y viento hizo estragos en el Villamarín. A pesar de que se esforzaron en colocar lo mejor posible el cartel de la Copa del Rey, cuando los equipos saltaron se había caído la parte de arriba y Copa del Rey se leía del revés.
Más de 12.000 espectadores acudieron, a pesar de las malas condiciones climatológicas, a ver el partido. La mayoría, como no, de Lebrija, a los que el agua no les aguó (nunca mejor dicho) la fiesta.
Las dos gradas de los goles estaban vacías y, como detalle, los seguidores del Antoniano se ubicaron en Preferencia, la grada que tiene techo, y los del Betis lo hicieron en Fondo.
Como ya ocurrió en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid, el Betis jugó con las calzonas negras, pues su rival, que era el local, vestía por completo de blanco. Por ahora, buenos resultados del cuadro de Rubi con ellas.
En la zona de prensa, las condiciones no fueron las mejores y hubo varios cortes de luz durante todo el encuentro.