Con el fútbol parado por el coronavirus, llega el momento de analizar cuáles van a ser los nuevos equipos de cara a la próxima temporada. Incluso en el caso de que la actividad se reanudara, es tiempo de hacer balance de la situación para valorar, entre otras cosas, la confianza en el entrenador. Y ese es el caso de Rubi con el Real Betis, cuya continuidad sigue en una polémica.
La última victoria contra el Real Madrid, que iba a ser la previa del derbi, le salvó y le colocó en buena posición. Cuando más se estaba hablando de su destitución, llegó Rubi y salvó su puesto. Porque el entrenador catalán es un experto en salvar situaciones de riesgo y lo ha demostrado.
La temporada pasada, con el Espanyol, Rubi llegó a colocarse en la decimocuarta posición a mitad de la temporada. Parecía casi imposible que su equipo llegara a Europa, algo que acabó sucediendo tras remontar la temporada: en los 14 encuentros que restaban de torneo, Rubi perdió dos choques, empató seis encuentros y ganó otros seis partidos.
Porque Rubi es experto en salvar malas rachas. Con el Huesca hace dos temporadas llegó a encadenar ocho partidos sin conocer la victoria. Sin embargo, acabó metiendo al equipo en la segunda posición y ascendiéndolo directamente a la Primera División sin necesidad de pasar por ningún playoff.
Por tanto, hay esperanza para la figura de Rubi dentro del Real Betis. Pese a no tener mucha regularidad durante la temporada, su último triunfo contra el Real Madrid emergió como un milagro en el tiempo de descuento. Sin embargo, queda por ver si la afición y la directiva encuentran las mismas razones para creer en él.