El futuro, así en general, del Real Betis se aclarará un poco más o un poco menos el próximo 21 de diciembre en la Junta General de Accionistas. El futuro deportivo del club dependerá un poco de esa Junta y un mucho de lo que Manuel Pellegrini sea capaz de hacer con este guadianesco plantel que dirige. Y el futuro suyo, el de Pellegrini, probablemente venga determinado por los futbolistas por los que se vaya decantando para defender la camiseta verdiblanca. Vistos los últimos partidos, once Aitores hacen falta para custodiar las trece barras. Y bien haría don Manuel en ponerlos sobre el césped, siempre.
A día de hoy, en este Real Betis un futbolista que comete pocos errores y ninguno de ellos grosero, y que mete goles (golazos, de hecho) o los deja para empujarlos cada partido puede considerarse una especie de joya de la corona. Sin embargo, ni siquiera se trata de eso, que no siempre se dará. Hablamos de compromiso, de sacrificio, de intensidad, virtudes todas ellas observadas en Aitor Ruibal y de las que el equipo verdiblanco anda escaso. La apuesta de Pellegrini por él está resultando acertada como pocas.
El choque ante el Villarreal CF no hubiera sido sino otra muestra de preocupación para el beticismo si no aparece la pierna derecha de Aitor. Las buenas sensaciones recuperadas la pasada semana ante el CA Osasuna volvieron a diluirse en la primera parte por la inconsistencia del juego y, sobre todo, por la lacra de los errores individuales.
El Villarreal mostró mucha mayor hambre de ganar desde el inicio y encima se encontró con las facilidades de un Real Betis que en defensa roza por momentos la verbena. El gol de Pau Torres lo retrató a las claras, con Guardado defendiéndose a sí mismo en el córner y una pueril falta de comunicación del mexicano con Víctor Ruiz para fijar la marca: resultado, gol en contra a los seis minutos. Y a remar con el viento en contra, como tantas otras veces.
Por fortuna para la afición bética, el equipo no se cayó por ese motivo y fue recomponiéndose a partir de una mayor solidez defensiva. Por lo visto, Pellegrini no sólo se ha dado cuenta ya de los problemas que tiene el bloque en defensa, sino que parece estar encontrando los medios adecuados para solucionarlo.
La mejoría mostrada tiene un tremendo mérito, por producirse ante un magnífico equipo como el Villarreal CF y por llegar remontando un marcador adverso desde el inicio. Otro más. Eso hace pensar que los malísimos síntomas evidenciados antes del choque en Pamplona pudieran quedarse en triste anécdota. Y en ello hay que subrayar en verde fuerte la contribución de Aitor, un futbolista que, sin ser canterano, parece sentir el Real Betis mucho más que la mayoría.
No es canterano pero es profesional y honesto consigo mismo y eso se ve y espero que los vagos que todavia hay a su alrededor tambien lo vean. Guardado me ha defraudado cada vez le veo menos que cuando vino. Mas Ruibal, Miranda, Lainez, Fran Delgado, Rebollo, Paul, Loren y menos mentiras.