No hay paz deportiva para el alma del bético en 2020. Ni apenas en años inmediatamente anteriores. No hay alegría que perdure para un sentimiento templado a dolor lento durante los doce últimos meses. Ni la estabilidad institucional derivada de la última Junta de Accionistas, ni el trabajado triunfo ante el Cádiz CF ni la Navidad…ante el Levante UD, de nuevo, un paso adelante, dos pasos atrás. Por mucho que el redivivo Canales, el único futbolista de verdad de verdad de este Real Betis, quisiera arreglarlo. El solo. Y viniendo de una lesión.
Allá por 1904, Lenin escribió un libro precisamente con ese título: ‘Un paso adelante, dos pasos atrás’. Con él pretendía sentar los principios sobre los que debía sustentarse una organización marxista y las bases de lo que luego sería el Partido Comunista de la Unión Soviética. Pero, sobre todo, pretendía responder a la campaña de sabotaje emprendida por los mencheviques, proclives a una organización más anárquica, más laxa. Cambien Lenin por Pellegrini y mencheviques por jugadores béticos y el libro coge color verdiblanco…
El choque ante el Levante UD puso de manifiesto, por enésima vez, que este Real Betis está repleto de mencheviques, a los que la anarquía en el juego les dará alegría y bienestar, pero no resultados. Seguramente el técnico chileno tenga su parte de culpa, pero probablemente tampoco toda la que tienen unos jugadores que no acaban de atenerse a conceptos básicos del fútbol de primer nivel como la competitividad, la concentración o el rigor defensivo.
Difícilmente Pellegrini pueda ser responsable de que en el minuto 2 de partido sus futbolistas permitan a un rival rematar con cierta tranquilidad a dos metros del portero. Y menos que ese portero, con la envergadura de un pívot de baloncesto, aguarde agazapado la resolución de la jugada debajo del larguero, que cualquier día lo asesinará con alevosía.
A pesar de esa ya desquiciante condescendencia inicial con el enemigo, el Real Betis se rehízo y logró empatar, e incluso dar la sensación de poder competir. La sensación duró lo que una palmera de chocolate en la puerta de un colegio: poco. Por la puntería de Morales, sublime en sus dos goles, aunque también por las nuevas facilidades defensivas ofrecidas. Resumen: partido tirado a la basura a un rato del descanso.
Luego llegaría el cuarto tanto del Levante, en la segunda mitad. Y también el orgullo, ése que ya vale menos cuando la cosa apenas tiene arreglo. Por fortuna para el beticismo, el equipo cuenta con un Gran Poder imponente que se llama Sergio Canales. Pero ni Dios puede arreglarlo todo con su omnipotencia.
Cuesta imaginarse a Vladimyr Pellegrini, o a Manuel Lenin, no disponiendo de recursos técnicos, tácticos y psicológicos para enmendar semejante inconstancia en el juego, para equilibrar esas dos caras tan distintas de un mismo rostro, pero quizá sea ése el problema. Aun así, la última media hora no debe disculpar los otros sesenta minutos de un Betis al albur de sus mencheviques.
Manuel estoy de acuerdo en que deba poner lo que tu dices...pero hombre buen partido de miranda? miranda fuentes un coladero hombre..y uno de los goles fue porque el otro le sacó 1 cuerpo y encima no le hizo ni falta lo dejo centrar..y por esa banda todo el peligro aunque por la otra más de lo mismo,,ni centrales ni laterales tiene este betis por eso las goleadas.
Yo no suelo expresar mi opinión en foros pero quiero dejar claro que me alegra mucho el debut de Paul y buen partido de Miranda y sobre todo que le diera la oportunidad a Geovani en la defensa y que Joel,Tello,Emerson (el próximo año utillero en el Barca) y Fekir que se queden en sus casas y no vengan más ni a entrenar que ya se les ingresara el sueldo.