Así sea en el Villamarín o en Budapest

Segunda victoria europea, tercera consecutiva en sus tres últimos compromisos del Betis que suma y sigue. Bendita costumbre la de este equipo de Manuel Pellegrini que se ha apuntado ya no a no perder, tres únicas derrotas en 2021, sino a ganar. La última muesca la firmó ante el Ferencvaros al que derrotó en otro partido solvente. 

Porque el Betis es, por encima de todo, eso, un equipo solvente y competitivo. Da igual que sea el Benito Villamarín, Los Cármenes, El Sadar o el Grupama Stadium. El Betis es el mismo y eso es una seña de identidad muy interesante en el fútbol que Pellegrini ha pulido en este equipo. Por encima de momentos, más o menos brillantes, compite y gana.

El Betis que jugó en Budapest fue un conjunto con empaque. El que manifestó con la pelota, otra vez Fekir tirando del carro, y el que supo echar el cerrojo ante los arrebatos locales. El que, después del primer gol del francés y el empate local por un error de Pezzella, supo esperar sus momentos sin titubear para asestar dos golpes definitivos. Ni un atisbo de nervios o dudas.

El primer golpe, el 1-2, es verdad que con fortuna en el córner introducido en propia puerta por un defensor local. El 1-3, en el descuento, obra de Tello, otro futbolista que suma a la causa Pellegrini. Hasta nueve cambios introdujo el chileno y el equipo siguió siendo el mismo. Extraordinario rasgo de un Betis que marcha viento en popa a toda vela.

La victoria sirve para marcar el paso, aunque quedan cuatro jornadas por delante, en las opciones de clasificación para la siguiente fase. Un 6 de 6 en puntos no es definitivo, pero sí es un excelente punto de partida para cerrar el primer tercio de la fase de grupo. Todo, además, haciendo crecer la confianza en una idea de juego y en la solvencia de un Betis al que no le pesa la maratón de partidos.

Fiel a su hoja de ruta con las rotaciones, Pellegrini apostó por hasta nueve cambios en el once inicial respecto al que jugó cuatro días antes frente al Getafe. Solo Germán Pezzella y Nabil Fekir repitieron en la alineación bética. Cambios desde la portería con Rui Silva, pasando por la defensa con el reaparición de Bartra, o la presencia de Joaquín en zonas ofensivas.

El Betis desactivó desde el principio cualquier intento del Ferencvaros de salir en tromba y hacer valer que jugaba en casa. Los heliopolitanos se adueñaron del balón, se mostraron bien plantados en el terreno de juego y restaron pulsaciones a los deseos de los húngaros. Unos minutos de tanteo y temple bético.

La primera del Betis fue un golpe directo a la mandíbula. Un pase cruzado de Guardado sobre Rodri lo controló de manera excepcional el canterano que contemporizó sobre Fekir. Luego llegó la magia del francés quien con la derecha ponía el 0-1 (16'). Contundencia que dio paso a un equipo bético cada vez más suelto con la pelota.

Rodri y Fekir mandaban y el Ferencvaros apenas inquietaba. Laïdouni probó de lejos (25'). Joaquín y Fekir trataron de combinar en la siguiente acción sin éxito. Más de media hora pasó para que los húngaros remataran sobre los tres palos. Fue un cabezazo de Mmaee que paró sin problemas Rui Silva (31'). Precisamente con la testa Guardado pudo hacer el 0-2 en un córner, pero un paradón de Dibusz lo evitó (34').

La superioridad bética bajó levemente antes del descanso y Ryan Mmaee, con otro cabezazo cruzado avisó (41'). Claro que el empate llegó simplemente por error individual de Pezzella quien, siendo último hombre, perdió el balón para que Unzini engatillara de manera inapelable desde fuera del área (43'). Tablas al intermedio pese a la superioridad de los de Pellegrini.

Descanso

La segunda parte se inició de manera parecida a la primera. El Betis se colocaba con empaque. El Ferencvaros sí buscaba ser más vertical. La posesión estaba más discutida pero las ocasiones no llegaban en ninguna de las áreas. Pellegrini movió ficha y dio entrada a Guido Rodríguez, Tello y Willian José por Paul, Joaquín y Borja Iglesias.

Un cabezazo de Bartra, con más intención que fuerza, se convirtió en la primera ocasión bética del segundo acto (57'). Samy Mmaee respondía con otro cabezazo que se fue alto (58'). Una incursión de Álex Moreno acabó con remate manso de Guardado (61'). El choque se animaba, pero el Betis perdía control de juego. Rodri se había diluido y el equipo lo echaba de menos.

Tello se empezó a mostrar más activo. El Ferencvaros pretendía hacer daño con centros laterales. Un córner lanzado por Fekir trajo el premio del 1-2 con un remate involuntario en propia puerta de Wingo (75'). Otra vez el Betis había esperado su momento para dar el zarpazo. Otra vez por delante en el marcador.

Rober, poco después, suplía a Rodri. El control del duelo era bético pero quedaban las últimas acometidas locales, como el testarazo en el descuento de Samy Mmaee. Fue la penúltima porque el epílogo lo puso Tello que exhibió sus dos mejores cualidades, velocidad y definición, para hacer el 1-3. No hubo sufrimiento final. Tres puntos de oro, bendita costumbre.