Promesa de Ingeniero, lágrimas de abuelo

El que escribe es uno de esos enemigos del fútbol moderno. La farándula de las vicisitudes, el negocio podrido por los falsos ideales, el escenario ideal para los endiosados. Un escaparate en el que escasean los valores y la gratitud que tan único hizo a este deporte. Aun así, no todo está perdido y en estos tiempos tan marcados por el desapego todavía hay halos de esperanza a los que agarrarse. Y como la vida misma es el Real Betis. Es la alegría y la pena. El fracaso y el éxtasis. Los desengaños y el dulzor del éxito. Un ente capaz de unir y enfrentar a los que lo componen. O al menos así lo era antes. Sin Manuel Pellegrini.

La mayor victoria de Pellegrini

Porque el chileno ha conseguido el mayor triunfo de todos. No es tener al Betis tercero, lograr los mejores registros del siglo, dirigir al equipo más goleador en cinco lustros o saborear la puntuación más alta en décadas. Su mayor victoria ni siquiera es haber revalorizado a una plantilla con dudas, traer la estabilidad al club o inducir argumentos para soñar. El mayor éxito de Pellegrini es la unión del beticismo.

Y todo eso se forjó hace un año. Quizás sería tras el derbi, lo mismo en una charla con la plantilla o a lo mejor llegó con la 'rebelión' de los jóvenes. Pero lo que algunos desconocen es que todo cambió algo antes, un 31 de diciembre... Remontémonos a esa fecha. Fin de año. Todo un país golpeado por una maldita pandemia, sumidos en la desesperanza, el desapego y marcados por la falta de cariño. En un mundo cada vez más atravesado. ¿Quién va a querer perder su tiempo para hacer feliz a los demás? Se lo digo yo: Manuel Pellegrini.

Y todo cambió tras aquella promesa

Sonó el teléfono pasadas las 22.00 horas. Ahí estaba Bartolomé, de 85 años. Entre lágrimas, con las piernas temblando. Al otro lado del móvil, un tipo que aparcó su vida para devolver la esperanza a un bético de los viejos que andaban hasta la Puerta de la Carne para comprar entradas.

"Les prometo que lo daremos todo, nos dejaremos la piel. Les vamos a dar el regalo de Reyes" le decía Pellegrini a un abuelo que ni siquiera podía articular palabra.

A partir de ahí el Betis se convirtió en el tercer equipo con menos derrotas en 2021. Quién sabe si fue el 'Ingeniero' el que le cambió la vida al abuelo. O quizás fue el propio anciano el que inspiró a Pellegrini. El que le demostró que esto va mucho más allá de correr tras una simple pelota. Que es como la vida misma.

Hoy, un año después, ese abuelo seguramente duerma feliz cada noche. Sus lágrimas de esperanza hoy lo son de felicidad. Porque aquel entrenador, un tipo que lo había vivido todo en el fútbol y ha dirigido a dioses que cobran 20 millones en Real Madrid o Manchester City, quizás se dio cuenta de lo que de verdad significaba el Betis. En la victoria, en el empate y hasta en el fracaso. Y fue capaz de devolverle la ilusión a aquel abuelo cuando todo parecía perdido. Ahora disfruta del mejor Betis del siglo.