El Real Betis se marchó al descanso con triunfo momentáneo frente a la Real Sociedad, en los cuartos de final de la Copa del Rey, aunque el botín pudo ser mucho mayor en ese paso por vestuarios. Pasada la media hora de partido, el encuentro quedó marcado por la polémica. Nabil Fekir controlaba un balón en el mismísimo balcón del área y mientras buscaba un enlace con el que contactar, intentaba proteger el cuero. Zaldúa trataba de quitarle el esférico y le propinó hasta tres patadas, aunque ninguna de ellas fue suficiente como para derribarlo. Sí lo hizo la de Guevara, que llegó por detrás y arrastró al francés hasta tirarle al suelo.
Nabil Fekir reclamó pena máxima e incluso desde el VAR se mandó parar el partido. Tras un minuto de conversaciones entre Martínez Munuera, colegiado principal, y la sala de videoarbitraje, el árbitro desestimó las protestas béticas y no señaló nada punible.
Esta jugada habría que hacérsela ver a Imanol Alguacil, cuando se queja del gol anulado a la Real, pero omite hablar de este claro penalti. Señor Alguacil, hablemos con objetividad o no digamos nada, porque se puede hacer el ganso.