Rafael Gordillo, una de las leyendas del Betis, vive con una especial pasión la Semana Santa. Con distintas vinculaciones con varias cofradías, el exfutbolista fue costalero del Cristo de la Salud de Los Gitanos durante trece años. Lo fue con Juanma como capataz, una experiencia de la que ha hablado en más de una ocasión el ‘Vendaval del Polígono’ con un enorme orgullo de lo vivido.
La familia fue clave para que Gordillo acabara en Los Gitanos, donde salió de nazareno antes de ser costalero. Su popularidad, como gran mito del Betis, ofreció durante muchas Semanas Santas estampas muy llamativas, viéndole esperar con un costal en algunas esquinas de Sevilla preparado, como tantos costaleros en la ciudad, para hacer sus relevos durante La Madrugá.
Su pasión por Los Gitanos viene de mucho antes de su etapa de costalero. Tanto que cuando se fue a jugar al Real Madrid se trasladó hasta la capital de España e hizo incluso hermano de la hermandad a Emilio Butragueño. La distancia fue añoranza de Los Gitanos, pero Gordillo siempre tuvo uno ojo en la Semana Santa con alguna escapada para acercarse a ver las cofradías.
Gordillo puede presumir, entre otras cosas, de haber contribuido a ese andar tan característico del cristo de la Salud. Los Gitanos no ha sido su única cofradía. La del Polígono de San Pablo es especial por ser la de su barrio, como también salió en alguna ocasión de nazareno en San Roque. Fútbol y Semana Santa mezclados en la vida de Rafael Gordillo.
Yo como soy palmerin desde que los precios de las entradas y los abonos son parecidos a una tapita de papas bravas soy muy feliz de mi betin, ya mismo tendremos otra copita que complete la coleccion de pines y llaveros, mucho betin eo e, como dice mi colega del bigote Hector Palmerin la copa eo e er beti oe oe
Un auténtico señores y bellísima persona muy humilde
Pues como todo el mundo. Yo creo que no se debería criticar tan alegremente todo lo que no dé la gana.
Ese que tú dices come gambas aún firma más autógrafos que nadie.
Y por las gambas y las cervezas y los cubatas y si no que tiren se emeroteca, este es un estómago agradecido y un vividor, que ya lo conocemos aquí.