Joaquín Sánchez, santo y seña del Real Betis, ha vivido uno de sus días más intensos como futbolista al ganar su tercera Copa del Rey, la segunda con la camiseta verdiblanca y el escudo de las trece barras.
Joaquín, curtido en mil batallas, no pudo contener las lágrimas una vez que Juan Miranda, un canterano como él, marcó el penalti definitivo que le dio al Betis el cuarto título de su historia.
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