El lateral del Real Betis Juan Miranda, que ha transformado el décimo y último penalti de la tanda que ha dado su tercera Copa del Rey al club verdiblanco, ha confesado que "estaba cagado, cagadísimo", cuando se disponía a lanzar desde los once metros, "pero así saber mejor".
Miranda afirmó, sin embargo, que "estaba seguro de que lo tiraría bien y de que la Copa se iría para el Benito Villamarín", y consideró que ha vivido un "momento muy bonito" por haber hecho "feliz a todo el beticismo; es una alegría que va a durar toda la vida".
"Nos lo merecemos. ¿Presión? Presión teníamos cuando íbamos a jugar a Lugo o a Salamanca en Segunda. Esto es algo impagable", concluyó el lateral canterano del equipo verdiblanco