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Tú en La Cartuja y yo en California: la imitación del 'aletaso' de Joaquín de un bético en 'Huliowood' y la celebración del título de Copa

Deletree conmigo: P E R I O D I S T A

La final de la Copa del Rey que el Real Betis Balompié ganó este sábado se ha celebrado por todos los confines de Sevilla, Andalucía, España y el mundo. Aquello de los béticos del universo es totalmente cierto, y uno de esos ejemplos es el de Francisco Expósito Marín.

Acostumbrado a vivir su beticismo desde la lejanía, Francisco el ‘Trucu’, como le conocen sus allegados, es un bético almeriense que, por avatares del destino, ha vivido la final de la Copa del Rey mucho más allá de los 400 kilómetros que separan su ciudad de la capital hispalense y el Estadio de La Cartuja.

Más de 9.000 kilómetros en línea recta separaban a este bético del lugar de los hechos, pues la final copera le ha coincidido con un viaje con amigos programado desde hace meses para conocer California, en la Costa Oeste de Estados Unidos. Acostumbrado a viajar para ver al Betis tanto en el Villamarín como en otros estadios españoles, ahora le ha tocado vivir el cuarto título de la historia de su equipo en un lugar que no esperaba, pero no menos especial.

Francisco Expósito, junto a sus amigos en California.

Francisco lo ha vivido en Los Ángeles, y cuenta a ElDesmarque que encontró un lugar muy especial para ver la final. Una peña no oficial llamada ‘Huliowood’, que ya hay que tener arte, en la que se dieron cita más de una veintena de béticos llegados desde muchos lugares, residentes en la ciudad californiana o visitantes en esos momentos. El lugar fue la sede de Los Ángeles Soccer Club, que por un día fue más verdiblanca que nunca.

Por si fuera poco, todo lo relatado hasta ahora, la celebración del título no se queda atrás. Fue en plena Venice Beach, una de las playas más icónicas de Los Ángeles que, por ejemplo, era frecuentada por Arnold Schwarzenegger en su época de culturista, o en la que se rodaron la película American History X o la serie Californication.

Allí, ataviado con la camiseta de su ídolo Joaquín, se acercó a un grupo de gente bailando y no dudó un segundo. “Nos acercamos a un corrillo que estaban con música improvisando super de buen rollo. Salía gente que sabía bailar y otra que no, y dije ‘sujetame el cubata’ que voy a tirar de ‘aletaso’”, explica con gracia. El baile, imitando al capitán verdiblanco, no tiene desperdicio y ya ha traspasado fronteras, tal y como puedes ver en el vídeo que encabeza esta noticia.

Ya que no ha vivido la final en Sevilla, como habría hecho de no haber mediado este viaje, ‘Trucu’ ha llevado su beticismo al otro lado del mundo. Ahora, tiene claro su próximo objetivo: “Me conformo con conocer a Joaquín”. Lo dice el hombre que llevó su nombre a casi 10.000 kilómetros en el día más especial de su carrera futbolística.

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