El 11 de junio es una fecha especial en la memoria de los aficionados del Real Betis. Aquel día de 2005, el conjunto verdiblanco conquistaba su segunda Copa del Rey después de vencer a Osasuna en la final celebrada en el Vicente Calderón. Este sábado se cumple la efeméride de ese día, hace ahora justamente 17 años, con Daniel Martín Alexandre, Dani, como el gran héroe de aquella noche.
El protagonista de la final de 2005 repasaba hace poco más de un mes en ElDesmarque cómo vivió aquel camino cargado de piedras. Ahora, con motivo de esta efeméride, rescatamos su relato en el que desgranaba cómo vivió aquella final.
- Le leí que uno de los recuerdos más bonitos de su carrera llegó antes de la final, en San Mamés, y ni jugó...
- Yo no pude jugar apenas en Liga, jugué cuatro o cinco ratitos. En la Copa solo tuve la opción de ir convocado en la vuelta de semifinales y fue uno de los mejores ambientes que he visto en mi vida. Lo recuerdo con cariño porque di un pasito más dentro de mi recuperación, me iba ilusionando poco a poco y gracias a Dios salió todo bien.
- La temporada de la final no fue fácil para Dani. Sufrió una grave lesión y luego tuvo una recaída en el tobillo. Después de esa segunda lesión dijo basta. No podía más.
- Estábamos en octavos o en cuartos. Todavía me estaba recuperando y empezaba a entrenar. En una jugada se me cayó Prats encima del tobillo malo, del que me estaba recuperando porque lo tenía operado, y se me puso bastante hinchado.
- Pensó en colgar las botas... hasta que llegó Serra Ferrer.
Estábamos a la espera de una resonancia y Serra siempre entraba al vestuario para comentar qué íbamos a hacer en el entrenamiento. Yo colgué las botas en la taquilla porque era la verdad. Si llego a recaer otra vez lo habría dejado. El tobillo, la rodilla... eran demasiadas operaciones. Me dijo que descolgara las botas que no iba a tener nada y que iba a meter el gol en la final. Eso fue dos o tres meses antes de que pasase todo y al final acertó.
"Colgué las botas en la taquilla. Si llego a recaer otra vez lo habría dejado"
- Y la vida le cambió en cuestión de segundos. Era Benjamín el que estaba preparado para entrar... pero empató Aloisi.
- Las cosas siempre pasan por algo. Iba a salir Benjamín y en ese momento marca Osasuna. Yo ni esperaba salir al campo. Ganando 1-0 lo más normal es que no saliese un delantero. En ese momento marcó Osasuna y nos mandó a Denilson y a mí a calentar. De no jugar a estar a los cinco minutos dentro..
- ¿Qué se le pasa por la cabeza al ver repetida la jugada del gol?
- Cuando estás en plena jugada piensas como un profesional. Un delantero lo que quiere es meter un gol y sabía que alguna iba a tener. La tuve, me la jugué porque estaba Oliveira cerca y marqué. Tenía mucha alegría porque desde mi perspectiva se veía que el portero no llegaba a la pelota. Como se ve en las imágenes, en ese momento grité como un bético más y sobre todo por las lesiones que había tenido.
Dani: "Si volviera a nacer pasaría otra vez ocho veces por quirófano para celebrar el gol ese"
- Y al final, todo mereció la pena...
- Está clarísimo. Si no hubiera tenido lesiones no sé. Era internacional sub21 y jugaba de titular en el Betis con 20 años, pero todo se trunca. Una lesión de diez meses, luego un tobillo, recaes de la rodilla, el otro tobillo... son ocho operaciones. Meter un gol con el equipo del que soy socio, que mi padre me ha llevado con mi hermano toda la vida y que le dé un título. Si digo la verdad, si volviera a nacer pasaría otra vez ocho veces por quirófano para celebrar el gol ese. Para mí y mi familia, después de tantas lesiones, fue muy importante.
- Su hermano le llamó, entre lágrimas, tras perder la final de 1997 y en 2005 hizo lo mismo, pero con un sabor distinto.
- Yo no pude ir a esa final porque estaba ya en la cantera y lo recuerdo porque somos todos muy béticos. Para todos fue una sorpresa. Fueron todos a Madrid, como familiares míos, pero ninguno se imaginaba que iba a ser el protagonista. La alegría fue inmensa para todos.
- ¿Qué recuerda de la celebración?
- Anécdotas muchas. No estábamos acostumbrados a conseguir títulos. Se dio todo bien. Eso fueron momentos inolvidables. Ya el recibimiento en El Calderón fue increíble, cuando nos montamos en el descapotable... Anécdotas miles pero se quedan ahí entre nosotros.