William Carvalho y su posición en el Real Betis, otra vez a debate. El mediocampista portugués, que podría abandonar el club en este mismo mercado veraniego, volvió a actuar este miércoles cerca del pivote y su primera mitad ante el Marsella hizo de todo... menos cerrar una eterna discusión sobre su fútbol y su influencia en sus compañeros.
Manuel Pellegrini volvió a intentarlo. El portugués llegó a Sevilla, condicionado por su físico, y rápidamente le señalaron como el pivote del equipo. Carvalho demostró en apenas unos meses que su rendimiento no era el mejor en dicha posición e incluso, por momentos, su fichaje parecía un fracaso.
Poco a poco Carvalho fue adaptándose al molde bético y Manuel Pellegrini, a veces como interior, a veces como pivote adaptado -nunca posicional-, consiguió que el ex del Sporting rindiese a un nivel altísimo el pasado año.
Físico de destructor y mente de llegador. Sus números no lo dicen -cuatro goles en más de 100 partidos en LaLiga-, pero acciones como la recordada en Vallecas demostraron que el portugués, sin ser Fekir ni Canales, tiene la capacidad para llegar y adentrarse en área rival. Empujar más que contener.
Pero en un equipo con tanto mediapunta, a Carvalho siempre se le pide más en tareas defensivas. Salvando las distancias, evidente, su caso puede recordar a Khedira: un futbolista con el Real Madrid y otro muy, muy, muy, muy diferente con Alemania.
Manuel Pellegrini lo sabe y ante el Marsella volvió a intentar que el portugués ayudase un poco más al pivote, que se acercase a zonas más retrasadas y apenas en 45' el debate volvió a abrirse.
El sitio de Carvalho y el eterno debate a su alrededor. Ante el Marsella se volvió a abrir... y si se marcha a Francia puede ser la última vez que ocurra.