Aitor Ruibal presenta sus credenciales para ejercer de lateral derecho en el debut liguero del próximo 15 de agosto. A expensas de lo que pueda ocurrir con Héctor Bellerín, quien no esconde su deseo de regresar al Real Betis, las sensaciones que han ofrecido Sabaly y Martín Montoya en esta pretemporada no son del todo halagüeñas. Un carril que ha sufrido mucho defensivamente en estos primeros partidos, de ahí que, también condicionado por las lesiones de los dos citados, Manuel Pellegrini maneje varias alternativas para encontrar un defensor de garantías.
Es ahí donde la figura de Aitor Ruibal vuelve a ganar fuerza. Una posición nada inusual para el catalán, que ya actuó como lateral en el Leganés y también ha hecho lo propio en Heliópolis cuando las condiciones lo requerían. Ante el Zaragoza ocupó el carril derecho, mermado por las ausencias de Sabaly y Montoya, y cuajó una grata actuación.
Comprometido en el esfuerzo defensivo, empezó algo dubitativo en el inicio, sufriendo en demasía en los balones a la espalda, pero se recompuso con el paso de los minutos y demostró ser una garantía de alternativas para el lateral derecho. Al menos, y a tenor de lo visto recientemente, mucho más fiable que sus otros dos competidores a día de hoy. De hecho, casualidad o no, los dos goles del Zaragoza llegaron con él ya fuera del campo.
Un rol que ni siquiera disgusta al propio jugador, que se presta a jugar en cualquier sitio: "Jugaré donde haga falta, lo sabe el míster y el club, que me adaptaré a jugar en cualquier posición. Estoy para ayudar al equipo, que para eso estoy aquí y porque por eso soy del Betis", comentaba hace un par de días en los medios del club.