El Ludogorets tiene el privilegio de tener como jefe de los servicios médicos a Valentin Velikov, uno de los hombres que le salvó la vida a Christian Eriksen durante la Eurocopa 2020. El doctor resucitó con intervención cardiopulmonar al danés, ahora en el Manchester United, colapsado durante partido contra Finlandia en el pasado 2021.
El uso de un desfibrilador fue fundamental para reanimar a Eriksen, que salió del campo en camilla, consciente y con oxígeno para ser trasladado al hospital y continuar con la recuperación y la realización de más pruebas.
Velikov, uno de los médicos oficiales en la Sede de la UEFA, fue reconocido junto a Simon Kjaer y los médicos daneses con el Premio Presidente de la UEFA 2021. Mogens Kreutzfeldt, Frederik Flensted, Anders Boesen y Peder Ersgaard estaban in situ, el citado Velikov y Jens Lkeinefeld hicieron lo propio en la sede de la UEFA, y Mortens Skjoldager y Morten Boesen fueron galardonados como médicos de la selección.
"Fuimos llamados al campo tan pronto como Christian cayó. No lo vi, pero estaba bastante claro que había perdido el conocimiento. Cuando llegamos a él estaba de lado: respiraba y le sentí el pulso. Pero de repente no hubo más latidos y, como todo el mundo pudo ver, comenzamos el masaje cardíaco", llegó a decir uno de ellos en la rueda de prensa posterior al partido.
Unos meses más tarde, el médico volvió a ser noticia, aunque esta vez por un hecho muy desafortunado. Ocurrió el pasado mes de diciembre, cuando Valentin Velikov sufrió una herida en el muslo por un petardo lanzado desde las gradas durante un partido de la liga búlgara.
En un comunicado, el Ludogorets de Razgrad condenó el "acto vandálico" de los hinchas del rival, el CSKA de Sofía, en el que además sufrieron heridas otros dos miembros del club, entre ellos el delantero Ilker Budinov.
"A consecuencia de arrojar petardos y pedazos de hormigón cortantes contra el banco de Ludogorets, los tres resultaron heridos y es una suerte que el incidente terminara solo con heridas sin consecuencias graves para la salud y la vida de los tres", señalaba el club.
"Creemos que los estadios de fútbol son un lugar donde los aficionados deben estar para divertirse, y no para intentar mutilar y herir al equipo contrario y su equipo técnico", agregó el Ludogorets, quien ha sido campeón de Bulgaria de forma ininterrumpida desde 2011.
Tras el anuncio de Ludogorets, la Unión Búlgara de Fútbol sancionó al CSKA a jugar un partido sin público y a una multa total de 40.800 levas (20.400 euros) por el uso prohibido de antorchas y pirotécnica, el lanzamiento de petardos y otros objetos y por cánticos ofensivos y obscenos de parte de su hinchada.