La pasión por el Real Betis no tiene límites. Un sentimiento que llega hasta lugares recónditos, que cruza fronteras y atrapa hasta al menos pensado. Da igual la distancia, un bético nade donde quiere. Curioso es cuando menos el caso de Lucas, un pequeño aficionado valenciano que se enamoró del club pese a vivir a más de 650.000 kilómetros del Benito Villamarín.
Un chico que ha sorprendido en redes sociales por saberse, pese a su temprana edad, los dorsales de todos los jugadores. Hasta los de los canteranos. Una habilidad sorprendente.
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esta noticia ya la habeis puesto,a ver si cambiamos de niño,gracias
Buenas tardes, no sabía que Valencia estaba tan lejos, a mi se me hizo más corto cuando fui.
El chaval está a 650.000 km!! Pues le va a salir una pasta poder venir a ver un partido al Villamarin...