Los triunfos y los títulos se logran la mayoría de las veces por detalles. La grandeza se tiene o no se tiene. El Real Betis exhibió una cada vez mayor grandeza en Riad en la semifinal de la Supercopa de España ante el FC Barcelona. Le faltó el detalle y cayó en los penaltis, frenada su ambición por un Ter Stegen intratable. El alemán paró dos penas máximas para agriar el sueño de Pellegrini, que le dio la razón a Xavi. El favorito pareció mucho más tiempo el Betis y eso dice mucho de lo que está haciendo el chileno.
Porque eso mostró el Betis en Riad: grandeza futbolística, la que Manuel Pellegrini le ha metido en las venas a este equipo y crece partido a partido. Sumando efectivos a la causa pese a las ausencias y a las salidas. Porque en el banquillo está el Ingeniero, haciendo méritos para convertirse en la decimocuarta barra del escudo.
La derrota no debe empañar la tremenda exhibición de ambición y ganas de seguir haciendo historia de un bloque que tuteó al líder de LaLiga Santander y uno de los grandes de Europa. Ter Stegen fue clave en la primera parte y muchos momentos de la segunda y también lo fue en la tanda fatídica.
La ambición de este Betis de Pellegrini es bonita, porque no tiene freno y no entiende de rivales. Se abstrae de cualquier presión y se va haciendo hueco hasta que la dejan fluir, normalmente a través de los pies de Fekir. Ante el FC Barcelona le costó un rato, pero cuando dio la cara puso en un brete a todo una pléyade de estrellas. En la previa, Xavi Hernández se marcó la ojana de decir que su equipo no era favorito. Y en muchos momentos realmente lo pareció.
Al principio, no. El Betis se fue a quitarle la pelota al Barça a su área tras el pitido inicial y no tardó en tener que recular. Porque enfrente estaba un rival al que le gusta lo mismo o más la pelota y que tiene de sobra quien la acaricie. De hecho, los primeros veinte minutos constituyeron un soliloquio azulgrana, hablando el cuadro culé consigo mismo de cómo Lewandowski podía fallar tanto más que de cómo superar al Betis. Sus mediocentros, con Sergi Roberto y Jordi Alba abriendo el campo, se hicieron con el control, si bien las oportunidades eran más esbozos que oportunidades en sí mismas.
Hasta que el mago Fekir se interpuso en el monólogo y se puso a hablar él con el balón. Un taconazo suyo de fábula habilitó la primera oportunidad bética y el francés luego no supo aprovechar un regalo de Koundé. El gol anulado al FC Barcelona supuso el único paréntesis en el asedio del Betis, con oportunidades claras. El fuera de juego semiautomático salvó a los de Pellegrini por medio dedo del pie de Raphinha y, a partir de ahí, Ter Stegen salvó al subcampeón de LaLiga Santander.
Bien posicionado en defensa, el Betis dejó de sufrir y le traspasó la zozobra al rival. El meta alemán corrigió los defectos de su equipo a balón parado y fue minando el ansia ofensiva verdiblanca. Salvó una sobre la raya y el Betis pagó su loable ambición en una contra tras un ataque con muchos efectivos. Pedri se la puso en largo a Dembelé, que con suerte superó a Aitor Ruibal y se la dio a Lewandowski. El polaco no pudo con Luiz Felipe, pero ya no erró más y a la segunda puso en ventaja al FC Barcelona en el minuto 39.
Sin embargo, la ambición contagiosa de Pellegrini persistió sobre el césped y de nuevo Ter Stegen hizo de frontón teutón. Ni Rodri ni Luiz Henrique lograron superar su extraordinaria elasticidad y su mano derecha resultó la única responsable de que el partido se fuera al descanso con ventaja catalana.
Pellegrini es el primero que sabe que Canales no pasa por su mejor momento. Casi desapercibido en la primera parte, lo cambió para dar entrada a William Carvalho y el planteamiento lo agradeció. Luiz Henrique siguió siendo uno de los principales estiletes ofensivos del Betis, mostrando que lo que se iba intuyendo en sus detalles era una realidad cuestión de tiempo.
El FC Barcelona mantuvo un dominio más fatuo que peligroso. Normal, teniendo en cuenta la calidad que aglutina el plantel de Xavi. Aun así, el Betis no se arredró ni acusó la desventaja en el marcador. Con Fekir extramotivado y Luiz Henrique inspirado, cualquier cosa podía pasar. Y el técnico azulgrana dio entrada a Busquets para tener aun más control, ya que su peligro dependía más de errores béticos que de su propia iniciativa.
El mediocampista catalán, para empezar, se encargó de algo que también hace muy bien: faltas estratégicas invisibles para los árbitros. Una de ellas, al recién salido Willian José, pudo haber sido una oportunidad de oro al borde del área. Porque el Betis seguía pleiteando por estar en la final por derecho. Lo dicho, ambición honesta y con argumentos. El principal, un Fekir que maneja el juego como pocos, pero también el anclaje defensivo de Guido, el buen trabajo de Rodri o la solidez de los centrales y laterales.
Todo eso fue horadando el poderío del FC Barcelona, que se veía arrinconado por un Betis poderoso. No en vano, el partido se puso en un calco del inicio pero justo al revés. Los de Pellegrini teniendo la pelota, robándola rápido y tocando para mover a un rival poco amigo de correr detrás de otro. Y en una de ésas llegó el premio a la ambición legítima, ganada a pulso. Fekir, quién si no, culminó desde la derecha una buena jugada coral con protagonismo de Luiz Henrique. El brasileño le mandó un saludo a tres defensas del Barça en el área con un simple amago y el franco-tunecino le encontró el agujero al traje de superpoderes de Ter Stegen.
La alegría del beticismo pudo quedarse en coitus interruptus por culpa de Lewandowski, pero el VAR no siempre te perjudica y desveló el fuera de juego anterior de Ferran Torres. Más allá de esa raya de luz, el FC Barcelona se había oscurecido ante el resplandor efervescente de lo verde y blanco en Riad. Miranda pudo haber robado de nuevo el corazón de sus aficionados como en la Copa, pero el tiro lo detuvo, una vez más, Ter Stegen.
El partido se convirtió en un espectáculo de ida y vuelta que ninguno de los contendientes fue capaz de decantar antes de la prórroga. Lo peor de la pausa es que a Fekir el cuerpo no le dio para más. Con ello el Betis perdió a su faro, al aglutinador de juego, a quien nunca le quema el balón porque se entiende con él mejor que nadie.
No tuvo una incidencia directa, pero seguro que sí anímica. Porque el cuadro bético volvió a la batalla sin su mejor escudo. Y en dos minutos el FC Barcelona le dio la lanzada más cruel con una volea de Ansu Fati a la que no pudo llegar Claudio Bravo. Sin haber hecho grandes méritos, los azulgrana le ponían el pie en el cuello a un Betis valeroso.
Este Betis es imprevisible, aunque ya sólo para lo bueno, según parece. No agachó la cabeza, siguió jugando como un grande ante un grande. Como si quisiera darle la razón a Xavi mostrándose como favorito. Y de nuevo la ambición tuvo su premio. Y la constancia. La del Betis, la de Luiz Henrique, con otro jugadón; y la de Loren, quien no cuenta prácticamente para Pellegrini pero que pidió a gritos un hueco. Había salido por el mago Fekir y se quedó con su chistera para poner el empate con un taconazo de delantero caro.
No tiene Pellegrini el fondo de armario de Xavi. Aun así, echó el resto con lo que tiene y el grupo se abrazó a la épica para continuar postulándose. Luiz Henrique, casi cojo, era el vivo ejemplo del compromiso que todos los hombres del chileno mostraron sobre el césped. La ambición no entiende de cansancio ni de calambres.
Y la grandeza, tampoco. La del Betis crece de la mano de Pellegrini. Él la ha reconstruido y él la sostiene, haciendo que no dependa de idas y venidas de jugadores, de deudas ni presupuestos. Logrando que ni unos penaltis la ensucien, porque el orgullo del beticismo es máximo y su sensación de que lo mejor está por llegar cada día parece más legítima.
Al Betis no lo ha hechado el Barcelona, lo han hechado las dos 💩💩 de penaltis de Juanmi y carballo. Manda 🥚🥚🥚🥚
Si si grande para ir a la venta del na..
Que grandes es nuestro Betis y Don Manuel Pellegrini, esto es compromiso, ésto es competir con honor y casta con coraje y orgullo, Ole mi Betis de mi alma que grande Eres de la mano de Don Pellegrini viva por siempre mi Betis, grandeza del fútbol mundial, E dicho.
Que grandes es nuestro Betis y Don Manuel Pellegrini, esto es compromiso, ésto es competir con honor y casta con coraje y orgullo, Ole mi Betis de mi alma que grande Eres de la mano de Don Pellegrini viva por siempre mi Betis, grandeza del fútbol mundial, E dicho.