Cuadra Fernández y cuadra también, parece, que el Real Betis se caiga de la lucha por Europa. El árbitro balear y el VAR, a dos voces, han suspendido cautelarmente el sueño bético con una decisión que ha condicionado de forma patente la derrota ante el Cádiz CF (0-2) en la 28ª jornada de LaLiga Santander: la rigurosa expulsión de Sergio Canales, quien precisamente había podido jugar por la suspensión cautelar de su sanción de cuatro partidos. Como hemos contado en directo, el cuadro verdiblanco no se sobrepuso a ese duro golpe y cayó en una jornada victoriosa para todos sus rivales.
Canales se equivocó en un lance del juego, pero difícilmente puede justificarse un castigo tan duro en el minuto 38 de un igualado encuentro cuando mediaba una media maratón entre Sobrino y Rui Silva, y Édgar llegaba sobrado. La actitud de Canales, que ni protestó por hundimiento y porque seguramente ni se dio cuenta de que su compañero podía haber llegado al corte, dibuja la impotencia de un futbolista hecho polvo. Mateu Lahoz le ha hecho un daño incalculable, aunque tampoco quienes lo rodean supieron abstraerlo de un lío al que no tenía que haberse arriesgado a entrar.
El problema del arbitraje en España se iba a solucionar cuando los colegiados se profesionalizaran. Lo hicieron y no mejoró mucho la cosa. Luego, la solución definitiva iba a llegar con el VAR, que lo iba a escrutar todo con suma justicia. Y la cosa no hace sino empeorar. O al menos, para algunos equipos, la mayoría, diríase. El verdadero problema es que el problema no tiene solución, como no la tiene el ser humano. Los árbitros son eso, seres humanos, que se equivocan, se encabronan y que, inconsciente o conscientemente (o las dos a la vez), quieren progresar laboralmente y en la vida; y, sobre todo, saben bien lo que puede hacer que su vida empeore.
No es lo mismo pitarle al Real Betis o al Cádiz que al Real Madrid o al FC Barcelona. Y tampoco igual sancionar a Canales o a Bongonda que a Benzema o Busquets. Y, a partir de ahí, hay que aguantarse con lo que venga. Sergio Canales es un magnífico muchacho, monísimo y grandísimo jugador. El Betis es un equipo pujante en las últimas temporadas, que juega bien al fútbol y del Sur, esa tierra supuestamente llena de gañanes, fiesteros y siestadores profesionales. Sus protestas, su rebelión dura tres cuartos de hora y los gritos casi ni se escuchan de Despeñaperros para arriba. Y punto.
Ese es el contexto en el que puede pasar este tipo de cosas y los sueños se suspenden cautelarmente. Un partido igualado, competido, muy intenso lo desvirtuó en gran parte Cuadra Fernández en el minuto 38 con una decisión difícil de entender: pérdida en la banda de Canales ante Sobrino, el bético agarra a su rival, que se marchaba solo hacia Rui Silva pero con treinta metros por delante y Édgar muy por detrás con opciones a llegar al corte. El árbitro lo expulsa con la primera roja directa de su carrera y deja al Betis con uno menos a falta de casi sesenta minutos al sol infernal de un domingo de primavera veraniega.
El VAR lo revisa y dice que "palante". Canales, que estaba jugando merced a la cautelar después de la tropelía de su sanción de cuatro partidos, ni protesta. Sabe que ha cometido un error y, lo más importante, sabe que no existirá piedad. Se marcha destrozado al vestuario y con él las opciones del Betis. Triste y desquiciado, como su equipo. Lo demás es una secuencia de acontecimientos para olvidar. Un penalti tan justo como ingenuo de Miranda, un error de juvenil de Aitor Ruibal que propicia el segundo, otro del propio lateral que le cuesta también la expulsión...impotencia, agresividad, locura. Otra cosa muy distinta a lo que se esperaba.
Y otra cosa muy distinta a lo que necesita el Betis, que es serenarse y focalizarse en las muchas opciones que tiene aún de estar en Europa la próxima temporada y las que todavía le quedan de meterse en la UEFA Champions League. Todo lo que no sea eso será un error. Está prohibido hablar y casi jugar. Pero jugar, y bien, es lo único que le queda a los de Pellegrini para seguir aferrándose a su sueño.
al mismo ke pedia 4 partidos para el huevo hace 2 dias a ver cuantos le meten al nuevo cafú, ke diga al ruibal si es que no se puede hablar, xavaleria! karma is COMING besos!
¡Jajal, jajal, jajal! Como dice Manolo Vela. Los ESCUPITAJOS se veían en la Champion Leage del Manchón, que está al lado de la Heriya (de Oset a Camas). ¡Sufrid Maimónides!
JAJAJAAJAJAA AHORA DILO SIN LLORAR.....JAJAJAJAJAJA fali seleccionn y que opinas de la agresion sin balon de ruibal?se te ve el plumero campeon