Fuera las penas, viva la alegría

Con permiso de Triana Pura y pese a que el calendario por estas fechas ya señala otras fiestas, "fuera las penas, viva la alegría". Eso entonó el Real Betis este sábado en el Benito Villamarín en una calurosa tarde en la que batió al Espanyol para romper la dinámica de las últimas jornadas. Todo después de las derrotas del Villarreal y Real Sociedad que animaban a aprovechar los pinchazos de los rivales.

Así fue. El Betis fue tachando deberes pendientes. Venía de dos derrotas consecutivas y ganó. De problemas con el gol y anotó tres. De echar de menos a Fekir o Canales y emergieron con fuerza Ayoze y William Carvalho. De dudar sobre los objetivos europeos o mirar otra vez a la Champions League. De temores a volver a sonreír. Eso hizo el Benito Villamarín de nuevo.

No todo fue idílico, sí el final que es lo que realmente cuenta. Porque el Betis vivió fases de zozobra. Nadie dijo que fuera fácil, En la primera parte, cuando los verdiblancos tenían aún en mente la reciente racha, y en el comienzo de la segunda parte, cuando el Espanyol recortó con el gol de César Montes y apretó con los balones aéreos que tan dañinos eran el área bética.

Sin embargo, el Betis hizo de la pegada su mejor aliado. Lo demostró en esos momentos complicados con los dos goles que abrieron el camino. El de Ayoze y el de Miranda. Dos acciones de calidad, con el canario como gran protagonista en uno como rematador y en otro como asistente. También en el tercer tanto, otra vez cuando el Espanyol apretaba, con un golpe de calidad de William Carvalho.

También la mano de Pellegrini volvió a ser crucial. Primero en su decisión de adelantar la posición de William Carvalho, que relució como hacía tiempo que no lo hacía. Gobernó el mediocampo y coronó su actuación con el tanto de la tranquilidad. El Ingeniero igualmente leyó el momento de los cambios y la entrada de Rodri le dio ese plus necesario en el tercio final del duelo.

Fue, sin duda, la tarde de Ayoze y William Carvalho. Claro que no sería justo olvidarse de otros jugadores que dieron un paso adelante. Luiz Henrique, recordando su mejor versión desde el desborde; Guardado ejerciendo de capitán; o hasta Montoya. Muy seria la actuación del lateral, siempre mirado con lupa y quien hacía seis meses que no jugaba.

Un victoria de peso para el Betis, oro molido, más teniendo en cuenta lo que habían hecho sus rivales. Otra vez los de Pellegrini son quintos, el puesto que gran parte del año han ocupado, y otra vez miran de manera amenazante al cuarto, con un duelo en ciernes ante la Real Sociedad en Feria. Esa será otra historia, la de este sábado fue la de un equipo que recobró la alegría, los goles y el juego.