Mandíbula de cristal
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Tercera derrota consecutiva
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Fue un Betis cabizbajo
Las sensaciones y los resultados no siempre tienen que ir aparejados en el mundo del fútbol. En el caso del Betis, del Betis de las últimas semanas, sí. En Vallecas, ante un Rayo que venia en crisis, los de Manuel Pellegrini sumaron su tercera derrota consecutiva. Resultados. Tampoco la imagen se presta a la ilusión con un cuadro bético cabizbajo. Sensaciones.
El Betis evidenció en Vallecas que ha perdido muchas de las virtudes que, con razón, se había ganado a pulso. La competitividad, aquel lema de que el equipo se levanta a la primera, el atrevimiento y la chispa... Todo se ha esfumado de un plumazo en el momento menos oportuno de la temporada, en el que se deciden los objetivos por detalles.
No fue lo peor la puesta en escena del Betis. Más dominio que profundidad, cierto es, pero el Betis arrancó el partido con cierto empaque. Incluso gozó de una clara ocasión que Fekir mandó al palo -sigue el francés sin atinar en el remate final-, pero al primer imprevisto, al primer gol del Rayo con la falta ejecutada por Lejeune, se fue a la lona. Mandíbula de cristal.
Ahí languideció el Betis con una segunda parte plana y sin que diera ni siquiera impresión de oler la remontada. Sólo el arreón final, ya con el segundo gol de Camello, dio esa pequeño pasito adelante. Tardío e improductivo, porque todos los caminos conducían a la tercera derrota consecutiva del cuadro heliopolitano en el peor momento posible.
Las señales, los gestos corporales de los futbolistas, también apuntaban a esa fase de la temporada en la que el equipo ha perdido sus señas de identidad. No funcionó el efecto Isco, pese a que el malagueño jugó la media hora final. Algún destello, pero pronto para que todas las responsabilidades vayan al clavo ardiendo al que se agarran ahora los béticos.
Fue un Betis con poca alma, al que también condenaron errores futbolísticos propios, como sucediera partidos atrás. La evitable falta de Cardoso previa al 1-0, la mano blanda de Rui Silva... Claro que lo visto en Vallecas va mucho más allá de eso y señala a la necesidad que tiene este equipo de recuperar sensaciones y, sobre todo, resultados.