La variable física en el Betis del futuro

Restan aún siete jornadas para que acabe la temporada y el Real Betis dirime en este tramo definitivo si volverá a jugar en Europa la temporada que viene. Un asunto que, entre otras cuestiones, condiciona la planificación con varios escenarios posibles. Sin embargo, la hoja de ruta tiene marcada algunos patrones de cara al futuro.

Uno de ellos tiene que ver con la importancia que se le da al nivel físico de futuras plantillas. El fútbol moderno ha evolucionado y la mayoría de los equipos que triunfan, tanto en el panorama nacional como internacional, cuentan con futbolistas poderosos en esa parcela. Un asunto que al Betis no se le escapa en el esquema que tiene en mente la dirección deportiva.

La apuesta del Betis en los últimos tiempos por jugadores de calidad sigue vigente, pero se quiere añadir progresivamente también mayor valor en la parcela física. Todo dentro de la mejor mezcla posible, pero la evolución del fútbol de los últimos tiempos demanda también ese apartado que, por ejemplo, se hace especialmente llamativo en Europa.

El propio Betis, por ejemplo, ha lo ha sufrido en sus propias carnes cuando se ha enfrentado a algunos equipos en competiciones europeas. Sucedió con duelos como ante equipos de la Bundesliga años atrás o de la Premier. Equipos con jugadores dinámicos, de ida y vuelta y que le imprimen al juego un gran ritmo, además de sus cualidades técnicas. Mejorar la competitividad también pasa por elevar esa parcela.

No se trata de la única premisa a la hora de configurar una plantilla y hacer incorporaciones. Las propias cualidades técnicas y psicológicas de los jugadores siguen siendo fundamentales. Sin embargo, la propia evolución del fútbol se encamina en esa dirección a la que el Betis no es ajeno y que tiene en cuenta también con vistas a temporadas venideras.