Una semana de derbis suele estar repleta de recuerdos. Aquellos que en algún momento formaron parte de esta rivalidad dentro del campo, rememoran las grandes imágenes que han protagonizado. Joaquín Sánchez vive esta temporada sus primeros derbis desde el otro lado. Al eterno capitán bético sólo le queda echar la vista atrás y sonreír pensando en todo lo que ha logrado hacer. El '17' ha recordado en Relevo uno de esos días especiales como verdiblanco que no se le borra de la cabeza.
Minutos finales del derbi de ida de la temporada 2018/2019 en el Benito Villamarín. El luminoso seguía en tablas. Hasta el momento, nadie había podido abrir la lata. Entonces apareció Joaquín Sánchez. El capitán llegó como un rayo al segundo palo para rematar de cabeza un centro medido de Mandi. 1-0 en un marcador que no se movería hasta que el árbitro pitó el final del encuentro.
Aquel partido estuvo a punto de perdérselo. De hecho, tan sólo llevaba cinco minutos en el césped cuando logró hacer el gol de la victoria. Había entrado a falta de quince minutos porque no quería fallar en un cita tan especial a pesar de haber arrastrado problemas musculares desde el inicio de la campaña. "Es uno de los días más bonitos de mi vida por jugar en casa y por venir de una lesión. Era el primer partido que jugaba esa temporada y pude marcar", ha confesado Joaquín a Relevo.
Ese gol le dio al cuadro bético su último triunfo en casa ante el Sevilla FC en competición doméstica. Un tanto que, con el tiempo, sigue sintiéndose especial. "Al que más cariño le tengo, sí, por mi condición de bético. El más importante de mi carrera, no. El más importante de mi carrera diría que fue mi primer gol con el Betis", ha contado el portuense. Para la posteridad queda una celebración en la que se fundió, camiseta al aire, con la grada baja del Gol Norte.
El domingo vivirá su primer derbi desde el palco del Villamarín. Por desgracia, ya se perdió el que hubiera sido su último partido de este tipo la pasada campaña por una inoportuna lesión. Aún así, esta vez será diferente. No bajará como uno más del autobús, no cruzará la puerta de cristales, no se sentará junto a sus compañeros en el vestuario y no podrá gritar los goles al viento. "Estaba tranquilo pero ese gusanillo ya empieza a recorrerte por las venas. A lo mejor es por no poder estar ahí y vivirlo en primera persona. Eso lo voy a llevar peor. Cuando empiece el partido lo viviré como un loco más del Betis", han sido sus palabras sobre este nuevo rol dentro del club.
Joaquín se sentará en la zona noble, siguiendo el correcto protocolo que rodea el lugar reservado para los dirigentes, mientras espera confiado e ilusionado en volver a vivir una victoria en casa ante la parroquia verdiblanca.