No han sido meses fáciles para Rui Silva. El guardameta portugués del Real Betis vivió todo el verano pendiente de los rumores que apuntaban a su salida, prácticamente obligada, para que Álvaro Valles llegase al Benito Villamarín. Por si fuese poco, una vez cerrado el mercado, el ex del Granada recibió duras críticas, creciendo considerablemente en las últimas citas. Todo ello vivía sobre sus hombros y todo ello se borró, al menos en lo personal, este pasado domingo: liberación necesaria... antes de su primer derbi en el Sánchez-Pizjuán.
Así de curioso es el destino. Rui Silva vive su cuarta temporada en el Benito Villamarín, sin embargo, el meta portugués, hasta el momento, no ha jugado ni un solo derbi en el estadio sevillista, mientras que en el coliseo verdiblanco solo ha disputado uno, el último (1-1).
Pero antes del derbi, y dando por hecho que en la Europa League jugará Adrián San Miguel, habrá que retroceder a la cita de este pasado domingo. Tras la defensa de Manuel Pellegrini en la previa, en la que borraba cualquier tipo de culpa en los goles recibidos y recordaba que el portugués era uno de los metas que menos tantos había recibido en el primer tramo de temporada, Rui Silva salió este pasado domingo al Benito Villamarín convencido de su valía.
No exigió demasiado el Espanyol, es cierto, pero el ex del Granada hizo lo que tantas veces le reclaman: las pocas que lleguen, debía pararlas. Y así fue, porque en el tramo final del encuentro, tras un grosero despiste de Héctor Bellerín, el meta sacó un balón clarísimo de gol con su pie derecho, permitiendo que el equipo siguiese vivo en el encuentro.
Con esa parada, y con el aplauso generalizado del Benito Villamarín, Rui Silva pone su atención en el que será, a menos que se lesione de aquí al domingo, su segundo derbi como guardameta del Real Betis.
Como señalábamos, el meta se estrenó el pasado año en este tipo de encuentros ya que en los anteriores, sea por decisión técnica o por lesión, habían jugado tanto Claudio Bravo como Fran Vieites.
Será esta la primera vez que Rui Silva acuda al Sánchez-Pizjuán como portero del Betis, ya que cuando jugaba en el Granada ya jugó dos partidos sin demasiada suerte: dos derrotas y cuatro goles recibidos.
Liberación antes de la tensión. Una parada para motivarse antes de su estreno en el Sánchez-Pizjuán.