Mateo Flores y el papel de la preparación mental en su debut: "Pensé en lo que había trabajado con la coach"

El pasado sábado en Pamplona la cantera del Real Betis Balompié tuvo una nueva noticia positiva que festejar. Otro canterano, Mateo Flores, debutaba con el primer equipo verdiblanco en un campo complicado como El Sadar. Media hora de encuentro en un ambiente de tensión en el que el joven centrocampista -20 años- de Valencina de la Concepción aportó para que los tres puntos volaran hacia Sevilla.

Mateo Flores ha pasado toda su vida jugando en el Betis, desde que llegara en categoría alevín, ha ido subiendo peldaños hasta conseguir el sueño de todo niño bético. Las bajas de William Carvalho y Marc Roca le han abierto la puerta del primer equipo, y Manuel Pellegrini, que ya lo había convocado en otras ocasiones, le dio la alternativa.

“Un debut inmejorable, encima con victoria. Es un sueño cumplido y muy contento, a seguir porque esto no para”, explicaba este martes en palabras a Radio Betis, en las que habló de su debut. “Con buenas sensaciones, aprendiendo mucho. Pero realmente, si te digo la verdad, estaba tranquilo, por así decirlo, porque había ido a otro par de convocatorias. Decía que 'cuando llegue, pues llegará'. Pero, bueno, cuando salí a calentar ahí sí había un poquito de nervios, la verdad. Pero una vez que entré en el campo, se me olvidó todo y ya me centré en el juego, en estar concentrado en lo que tenía que hacer”.

Mateo Flores dio importancia al trabajo mental a la hora de saltar al césped en un día tan importante. “Más bien pensé un poco en lo que había trabajado con la coach, la psicóloga, con Reyes, que lo habíamos comentado. Digo, 'Reyes, cuando llegue este momento, no sé qué...'. Y nada, pues hice un poco lo que suelo hacer yo cuando salgo con el filial a jugar, que es un trabajo así como de respiraciones para concentrarme y poner el foco en el partido, eso es lo que hice. No me dio tiempo a pensar mucho más”.

Y es que el papel de Reyes Sosa en el equipo es muy importante, pues les enseña a controlar las emociones. “Después del partido creo que lo único que tenía que hacer era disfrutar, no pensar tanto en cómo gestionarlo y luego, bueno, pues sí que me llegaron un montón de mensajes, se lo agradezco a todo el mundo que me escribió. Pero bueno, bien, desde la tranquilidad, obviamente disfrutando de eso que hablábamos, que había cumplido un sueño, pero desde la tranquilidad”.

Mateo Flores tocó más asuntos relacionados con su debut.

La intensidad de la élite. “Sí, bueno, yo creo que cuando entré al partido, es verdad que no tenía un ritmo frenético, sino que era más bien un ritmo parado, estaba trabado. Encima metimos el gol y todavía más. Entonces, en ese sentido del ritmo de balón, de sentirme como por detrás, no me sentí así. No sé si cuando haya un partido de esos, si tengo la oportunidad de jugar, lo sentiré, espero que no. Pero, sobre todo, yo creo que es más mental de verte allí, cuando iba a saltar, estaba mirando el estadio, que digo, 'hostia, impresiona'. Pero bueno, una vez que entras en el campo, lo que te digo, ya concentrado en lo mío, a no pensar en dónde estaba ni con quién, simplemente a hacer lo que tocaba en ese momento”.

La ayuda de sus compañeros en El Sadar. “Bueno, bien, sobre todo porque me ayudó mucho Johnny, es verdad que me estuvo hablando constantemente, Héctor también, Diego, entonces muy arropado por los compañeros, y eso la verdad que me facilitó bastante el trabajo porque es verdad que eso se agradece un montón. Igual que a lo mejor cuando han venido juveniles con nosotros, con el filial, este año o el pasado, yo intentaba hacer lo mismo, ayudarlos y hacerles el trabajo lo más fácil posible”.

Consejo a los canteranos. “Cuando llegas con esas edades, sólo hay que pensar en disfrutar porque es lo que toca. Sobre todo, que trabajen, que crean en ellos, que no dejen por hacer lo que dependa de ellos, que no se ahorren ningún esfuerzo, que traten siempre de ser ejemplos, intentar ser el mejor siempre. Podrán llegar o no, pero que cuando se acabe, si llegan o no llegan, que hayan disfrutado del camino y que no tengan nada que reprocharse a sí mismos”.