La secuencia que demuestra el nerviosismo del Betis: patada del Chimy, amarilla y bronca de sus compañeros
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Cometió una entrada que le costó la amarilla
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Sus compañeros le pidieron "cabeza"
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El Betis salva lo urgente y respira hondo
Le costó sudor y sangre al Real Betis la visita al Sant Andreu en la segunda ronda de la Copa del Rey. Un notable arreón final en el último tramo de partido permitió a Manuel Pellegrini evitar su primera gran crisis en Heliópolis, cortando de raíz la que venía siendo su peor racha de resultados desde que está en el banquillo verdiblanco. Los goles de Chimy Ávila, Marc Bartra y Ez Abde brindan oxígeno antes de la visita del FC Barcelona, que pondrá a prueba la reacción verdadera del equipo, que a mediados de semana realizó una conjura entre jugadores, cuerpo técnico y club para empezar a revertir la situación.
Aun así, el nerviosismo que tenía la plantilla es más que evidente. Se comprobó antes, durante y después del encuentro, cuando Marc Bartra se acercó a la afición para dialogar con ellos y, muy posiblemente, prometerles que la inercia positiva volverá a sus fueros. Una hora antes era el propio Chimy Ávila quien hacía lo propio con la parroquia verdiblanca, esta vez pidiéndoles disculpas por el momento que atraviesa el club... curiosamente justo después de meter un golazo.
El Chimy, al límite del reglamento
Es de sobra conocido el temperamento del argentino. Tan pasional como aguerrido... y a veces pasado de revoluciones. Juega al máximo siempre, lo da todo, aunque eso le salga caro en algunas ocasiones. Una manera de ser que conocen al dedillo sus compañeros, conocedores de lo que es capaz de hacer su jugador. Por ese motivo están encima suya en cada partido, intentando que ese carácter no lo pague caro el equipo.
🟨 Tarjeta amarilla a Chimy Ávila tras esta acción. #LaCasadelFútbol #LaCopaMola pic.twitter.com/5IA2gYWZSU
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) December 4, 2024
Fue a la hora de partido cuando el argentino pegó una patada a destiempo al rival. La jugada le costó la amarilla y sus compañeros, conocedores del ímpetu del delantero, se acercaron de inmediato para intentar templar las pulsaciones. Sergi Altimira le pidió cabeza y Natan intentó calmarle, pero los intentos eran en vano. De hecho esas réplicas no le gustaron al Chimy Ávila, con las pulsaciones a mil por hora. En cualquier caso, y por suerte para los intereses del Real Betis, el jugador no entró en las provocaciones de los rivales y a la postre terminó siendo importantísimo para el triunfo de su equipo.